Resultado de la encuesta: Spray… ¿si o no?

Ya sabemos el resultado de la encuesta alrededor de si es necesario usar el spray para marcar la distancia de las barreras y, como se puede comprobar, nuestros lectores opinan que si hace falta utilizar dicho utensilio, aunque tampoco son pocos los que creen que es una tontería.

Una vez acabado el plazo para emitir vuestros votos, ambos redactores de este blog dejaremos nuestra opinión en busca de darle un último repaso a este tema y, aunque no suele ser habitual, no estamos de acuerdo:

El Spray no es necesario

Por Miguel Blanco – Es un hecho más que evidente que las barreras casi nunca ocupan el emplazamiento que deben ocupar, eso el spray no lo va a evitar tampoco. No es una solución, es una ayuda al colegiado para corregir picarescas. Por lo tanto opino que el uso del spray no es necesario, primero porque partimos de la base que los jugadores que lo hacen lo van a seguir haciendo con o sin spray, y segundo porque el colegiado siempre sabe si la barrera se ha movido o no, nos damos nosotros cuenta frente al televisor, en el campo, el árbitro que es el que marca la distancia también se da cuenta.

Esto nos lleva a dos situaciones, la primera, si queremos que esto cambie en algo debemos partir desde las categorías formativas de nuestro fútbol, no nos olvidemos que estos chavales se están formando como personas y se les puede dar la educación necesaria para abandonar esa absurda picaresca en pos del deporte y la competición limpia. ¿Qué clase de valores les inculcamos a caso? Competitividad, si el árbitro pita penalti a tu favor, aunque no lo sea está bien, simular agresiones a costa de una tarjeta para el rival… Todos esos comportamientos deberían ser erradicados de cuajo, y no hay otra manera que imponiendo castigos ejemplares a los profesionales y educando desde la base, cuando nos demos cuenta de que son niños que viven de los ejemplos de los profesionales, el fútbol cambiará.

En el tema que nos ocupa hoy, que no es otro que el posicionamiento de la barrera la solución está clara, que el árbitro aplique el reglamento:

Un jugador será amonestado y recibirá la tarjeta amarilla si comete
una de las siguientes siete infracciones:

1. ser culpable de conducta antideportiva.
2. desaprobar con palabras o acciones.
3. infringir persistentemente las Reglas de Juego.
4. retardar la reanudación del juego.
5. no respetar la distancia reglamentaria en un saque de esquina, tiro
libre o saque de banda.
6. entrar o volver a entrar en el terreno de juego sin el permiso del
árbitro.
7. abandonar deliberadamente el terreno de juego sin el permiso del
árbitro.

Si el colegiado hace su trabajo, ninguna falta se tirará con la barrera adelantada, el reglamento está para ser cumplido y aplicado, no para ser reinterpretado, ni para hacer la vista gorda en según que situaciones. Lo demás son inventos baratos para excusar al responsable directo.

El Spray si es necesario

Por Dani Navedo - Una barrera adelantada es sinónimo de que el lanzador no va a conseguir su objetivo de pasar el esférico por encima y batir al portero. Si ya es difícil dicha tarea cuando la muralla de defensas está en el lugar adecuado, todavía más si los contrincantes dan esos pasitos tan odiados por los tiradores.

Una diana de falta puede resolver partidos e incluso llegar a ser uno de los tantos más estéticos de este deporte, dependiendo de su ejecución; por lo que se debe encontrar una forma de frenar esas barreras que nos están quitando tantos golazos. La solución: el Spray para marcar la distancia de las barreras.

Falta al borde del área. Una marca en el lugar donde se debe posar el balón y otra línea para situar la barrera. Los defensas saben que si pasan de la raya serán amonestados, ya que de usarse el spray ya no tendrían la opción de decir «estoy a la distancia correcta», porque bastaría con mirar al césped. Además, el colegiado no tendrá que aguantar las quejas de los jugadores que se disponen a ejecutar la falta, lo que conlleva menos presión para el trencilla y ahorrarse la pérdida de tiempo de las protestas.

Aunque tan solo sea por el efecto de «no querer cruzar la línea» que posiblemente causaría el spray en los futbolistas, en lugar de que se use para que los árbitros puedan fijarse mejor cuando se adelanta un jugador y cuando no; este nuevo invento debería usarse, al menos, en unos cuantos encuentros para probar.