Nuevo Apertura en azul y oro: Tigre 1 – Boca 0

Se disputó en la noche de ayer el último partido del triangular que decidía qué equipo acabaría el Apertura como Campeón. Con San Lorenzo fuera de la lucha tras caer ante Boca el sábado, todo quedaba en mano de los Ischia y Tigre, que perdió en el primer partido ante el Ciclón y tenía muy difícil acabar como campeón pero no imposible.

El partido fue muy igualado, fruto de la tensión y de lo mucho que se jugaban los dos equipos. Si bien Boca, que contaba con la importante baja de Riquelme y la de Vargas, luchó más por imponer su juego. Ibarra cogió toda la banda derecha y Dátolo se ocupaba de la izquierda y por aquí se lanzaban los ataques de Boca. Tigre mientras tanto confió en la vuelta de un Lázzaro a un cien por cien y en su juego colectivo para tener sus oportunidades.

Mucho dirá de como fue el partido cuando los jugadores más destacaddos de Tigre fueron Ardente (puerta que sustituía al sancionado Islas) y los centrales Blengio y Paparatto que anularon a Figueroa y a Viatri en una difícil tarde.
Por parte de los de la franja oro, Battaglia fue el que se echó al equipo a la espalda, sobre todo cuando hubo que defender la diferencia para campeonar.

Pero vamos a la jugada que definió el partido. Como ya decía, la primera parte fue igualada con un ligero dominio por parte de Boca, pero bien contrarestado por la defensa de Tigre y en la segunda mitad tenía pinta de ir por el mismo camino pero en el ecuador de ese periodo el balón cayó a la banda izquierda donde Giménez tuvo todo el tiempo del mundo para avanzar unos metros y preparar un centro con muchísimo efecto hacia la frontal del área pequeña en busca de la cabeza de Lázzaro que se aprovechó de la horrorosa salida de García (que vaya dos fallos en los dos goles que ha recibido Boca en este triangular) adelantó a Tigre y le puso, con viente minutos por delante, a sólo un gol del título.
No sé si será justo con el portero o no, pero acto seguido, Ischia decidió cambiarlo, dando a entender a todos que le culpaba claramente a él del gol encajado.

Y aquí comenzo la hora de los valientes, ¿sería capaz Boca de apretar hasta darle la vuelta al partido? ¿Encontraría Tigre más espacios para un segundo y definitivo gol? ¿Optaría Ischia por amarrar el resultado? Fue la tercera opción la que imperó y la tensión fue el guión a seguir en esos minutos: presión, juego en ocasiones embarullado, alguna que otra perdida de tiempo… ciertamente fue un triste final para un campeonato, pero que quizás hemos visto tantas veces este desenlace que nos parezca hasta normal y más cuando Boca ya sabía lo que era perder un campeonato en un desempate cuando lo tenía todo a favor ante Estudiantes.

Acabó el Apertura y Boca Juniors es el nuevo campeón no tan holgado como en otros torneos ni haciendo un juego mucho más atractivo que el resto, pero sí haciendo de tripas corazón e iniciando una remontada en la clasificación muy buena.