Mourinho nunca baja del autobús

Otra vez. No es la primera ni será la última vez que veamos al luso utilizar la castiza táctica del «murciélago». Todo su equipo balanceándose boca abajo del larguero tapando hasta el más mínimo hueco que deje respirar a la delantera rival. Anoche, otro ejemplo más de cómo no se le cae anillo alguno a la hora de decantarse por este estudiado entramado.

Tal vez el más famoso (por el equipo batido y por el resultado final de aquella edición) fuese el que plantó sin pestañear en el Camp Nou con el Inter de Milán en la Champions League 2009/2010. Con un resultado de 3-1 en la ida, cosechado igualmente a base del «no podrán pasar«, llegaba a Barcelona sabedor que, otro transporte de turistas, salvaría la eliminatoria. Famoso era el atasco que se producía en el juego blaugrana cuando necesitaban de esa ansiada «opción B» que Pep nunca supo sacar. Con la expulsión de Motta (qué novedad) el de Setúbal tuvo carta blanca para dejarnos, por enésima vez, con la mandíbula desencajada al colocar a Samuel Eto´o de lateral derecho. Sí, ese mismo delantero que tiempo atrás se había enfrentado con el filósofo de Sampedor, acató cual soldadito la orden de su míster. Todos conocemos el desenlace.

Meses después, el indomable portugués, desembarcaba en la Casa Blanca y también daría alguna muestra que otra de su idea inamovible: en las eliminatorias europeas o caseras, un 0-0 en la primera parte, es innegociable. Siempre en la misma línea y hacia la misma meta: la portería a cero los primeros 45 minutos. Y si para ello debía colocar a Pepe de mediocentro, pues lo hacía. Al comienzo de la segunda parte se producía un pequeño arreón, pero el amigo Mourinho come de la hierba que el mismísimo Ancelotti nos ha mostrado en más de una ocasión. El equipo arriesgaría lo mínimo. El partido de vuelta, algo sobre lo que tampoco tratar o regatear.

Anoche, a nadie sorprendió. Al menos, al que lo conozca mínimamente. Pero tampoco sorprendió el partido de los colchoneros. Ambos entrenadores son más que similares a la hora de plantar líneas romanas de defensa sin importarles mucho el porcentaje que fije la FIFA de posesión final del esférico. Y así sucedió. Balonazo tras balonazo y bostezo a bostezo se esfumaron los primeros noventa minutos de eliminatoria. Habrá que esperar a Stamford Bridge. Pero ya os adelanto que, el objetivo para Mou, seguirá siendo el 0-0 al término del primer acto.

Volverán los Hazard, Oscar y Eto´o. Ojo, Cholo, que este autobús, no será la «guagua» inofensiva de ayer.

«Corre Azpilicueta, que llegamos tarde!!»
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