La «Mareona» arrastra un punto de Riazor

Dani Navedo - Bonito duelo en Riazor entre Deportivo de la Coruña y Sporting de Gijón. Bonito en lo futbolístico, pues ambos equipos están en la zona media-alta de la tabla; y en el ambiente, ya que un año más la «Mareona» invadía La Coruña, esta vez, con más de 7000 almas gritando «puxa Sporting» en Riazor.

Comenzaba el partido y el Dépor estaba enchufado. Un más que posible penalti no pitado a Riki al poco de empezar, sería solo el primero de los pequeños, medianos y grandes errores de un Pérez Burrull que no tuvo su día. Gregory tenía serios problemas ante las acometidas de los delanteros deportivistas, pero no solo él, sino toda la zaga. Unas veces por velocidad y otras por fuerza o colocación al saltar, los centrales del Sporting no conseguían imponerse. Lotina se desesperaba con el cuarto árbitro una vez más porque Lopo hacía una falta junto a la banda y el Sporting la sacaba cerca del área deportivista.

Tres o cuatro ocasiones bastante claras para el Dépor en la primera mitad, incluyendo el balón que acabaría en la red que allá por el minuto 40 ponía en ventaja a los locales. Sobretodo destacar una ocasión de Lassad, quien en una contra se quedaría solo delante de Juan Pablo, pero justo en el momento del golpeo, tras prepararse el disparo a la perfección, un pequeño bote del esférico le jugaría una mala pasada. También estuvo cerca del tanto Riki en una jugada muy rápida con control, volea y larguero incluidos. El ritmo bajaría tras una breve tangana que calentaba el partido, pero justo antes del descanso, un gran centro cabeceado por Juan Rodríguez se estrellaría en el larguero y Lassad remacharía la jugada poniendo en ventaja al Deportivo justo antes del descanso.

Finalizaba la primera parte y pocas huellas había dejado el Sporting de su presencia aparte de la vista en la grada. La rápida transición defensa-ataque de los visitantes se veía una y otra vez cortada por un también veloz repliegue de los futbolistas de Lotina. Una jornada más, las ayudas en defensa eran constantes y todo el equipo se involucraba a la hora de defender. Curiosa la situación de Michel, que no podía ni andar y por ello su equipo mandó el balón fuera. Vimos en el Arsenal-Tottenham una situación parecida, pero los Spurs casi marcan gracias a que un jugador gunner estaba lesionado y nadie lanzó el balón fuera a lo largo de cinco minutos.

En los segundos cuarenta y cinco minutos llegaría la lluvia y la reacción del Sporting a costa de un Deportivo dormido. La intensidad de los locales no parecía ser la misma y los que deberían ser los primeros hombres en presionar, los puntas, empezaban a notar el cansancio. El equipo herculino estaba pidiendo o bien la entrada de Valerón para intentar cazar a los visitantes de forma definitiva o bien la salida de un hombre fresco en punta que mantuviese los planes, como podría ser Adrián. Sin embargo, sería Manolo Preciado el primero en mover el banquillo cambiando a Barral por Bilic y darle así un aire nuevo a su equipo.

La sustitución no llegaba y el Sporting si, concretamente, al área de Aranzubía. Un Aranzubía que no acertaría a la hora de salir por bajo ante la acometida de Diego Castro, que sin amago ni toque alguno al balón, se encontró con la portería vacía para empatar el encuentro. Llegaría un poco tarde la entrada de Adrián López y Pablo Álvarez para los intereses del Deportivo. Guardado, voluntarioso como siempre, no tuvo su día ni por la izquierda ni por la derecha, en parte motivado porque los locales no basaron su juego en la banda como en otras ocasiones.

En definitiva, un partido muy igualado en el que ambas aficiones solo se pusieron de acuerdo cuando había que pitar al colegiado, muy desafortunado sobre todo en la primera mitad. Como aficionado deportivista me he quedado con las ganas de ver a Valerón distribuyendo ese juego tan centralizado de hoy, pues parecía el único capaz de cambiar el rumbo de las cosas una vez el encuentro estaba de nuevo empatado. Quizás el Dépor dejó escapar dos puntos, pero lo que está claro es que ambos equipos han sumado un nuevo punto que les acerca a la salvación.