Kanouté hace por dos y remonta al Depor

Se hablaba mucho en Coruña de que el Sevilla estaba en horas bajas y la gente era muy optimista de cara al partido de liga. Razón no les faltaba si tenemos en cuenta que en el enfrentamiento de hace un par de días, el equipo hispalense al completo no pudo con un «Depor B» que había formado Lotina específicamente para la Copa del Rey. Por primera vez en mucho tiempo, preguntaras al deportivista que preguntaras, la respuesta era «seguro que ganamos», todo lo contrario que antes de viajar a Getafe, visita que muchos dudaban que el equipo pudiera sacar con tan buena nota; sin embargo, un exceso de ilusión y unas expectativas muy altas casi nunca son buenas, sobretodo si las cosas se tuercen a mitad de la fiesta anticipada.

Antes de comenzar el encuentro, llegaba una gran noticia para el conjunto blanquiazul, aunque a la postre se convertiría en toda una pesadilla: Kanoute, que iba a formar de partida, sufría unas leves molestias musculares que le llevarían a empezar en el banquillo y ceder su puesto a Maresca; aunque se acabaría recuperando y de que forma. Los Riazor Blues cantaban sin parar junto con el resto del estadio, pese a no ir ganando todavía; todo el mundo es consciente de que ahora hay que disfrutar del juego del equipo y que puede acabarse en cualquier momento debido a la situación extra deportiva.

Ya con el balón en juego, ambos equipos demostraban un miedo terrible a las contras del rival y, pese a que ambos buscaban atacar, a la mínima duda, balón atrás para mantener la posesión; hasta que los de Lotina, espoleados por su afición, se lanzaron a por la victoria, consiguiendo magníficos resultados. Tan arropados se sentían los futbolistas locales, que se atrevían a hacer cosas que quizás en otros momentos o en otros partidos no harían: Lafita intentaba llevársela de un golpe de espuela, Juan Rodríguez tiraba desde su casa, Bodipo hacía bicicletas… ¡con premio!. Tras hacerse hueco regateando, el hispano-guineano soltaba un disparo seco que cogía a Palop a contra pie, dejándole solo la opción de ver como el balón se colaba pegado a su palo. 1-0 y explosión de jubilo, que se vería respaldada cuando «Bodi» casi hace el segundo estirándose a por un esférico que parecía imposible de alcanzar y, poco más tarde, cuando Maresca veía la roja por una agresión sobre el propio delantero blanquiazul. La gente ya estaba de fiesta al descanso y, pese a que unos pocos pedían precaución, la euforia de la mayoría era más que visible; algo lógico si hacemos un pequeño viaje en el tiempo y vemos que la pasada campaña a estas alturas, nadie daba un duro por ver otro año más al Depor en primera.

Salían de nuevo ambos onces al terreno de juego con la única modificación de Kanouté por parte del Sevilla, toda una incógnita teniendo en cuenta que solo él sabía cual era su estado físico. No tardaría en dejar claro que las molestias previas solo eran una falsa alarma. A los cinco minutos de la segunda mitad, el propio jugador malí haría una gran jugada por la banda, cediendo finalmente el balón a Luis Fabiano para que este remachara de primeras a la red. Empate a uno y silencio sepulcral en Riazor. Si bien en el anterior enfrentamiento entre ambos equipos, una gran jugada con Valerón a la cabeza dejaba mudo el Pizjuán, en esta ocasión era Coruña la que se quedaba tocada. A partir de ese momento todo fue más fácil para los de Jiménez, ya que el ambiente enrarecido jugaba a favor de los visitantes o, desde otro punto de vista, jugaba muy en contra de los locales. Kanouté volvía a hacer de la suyas sobre el minuto 80, colocando un preciso centro justo donde aparecía Renato para hacer, con un bonito remate de cabeza en plancha, el segundo gol para los nervionenses. Ya en el tiempo de descuento y con el Depor volcado en ataque con Riki, Omar Bravo, Bodipo y Valerón en el campo; Navas demostraba su rapidez y su estado físico con una carrera digna del primer minuto de juego, para ceder posteriormente el cuero a Capel, que remataría a placer sentenciando el choque.

Advertencia para navegantes deportivistas: seguimos siendo el modesto Deportivo de la Coruña. Aunque por momentos Lopo parezca Donato, Lafita nos recuerde a Fran y Bodipo haga de Bebeto; este equipo necesita siempre ese plus de moral que da el apoyo continuo de la afición para conseguir emular al Super Depor. Si alguien quiere ilusionarse con escuchar de nuevo la música de Champions en Riazor, adelante, cada uno es libre y puede soñar con lo que quiera; pero a estos jugadores no se les puede exigir más. Ahora mismo, cada partido que pasa, es un regalo.