Hoy hace un año, el adiós de un grande en Europa

Ramon Velázquez – El martes 11 de Marzo de 2009 se vivió uno de los momentos mas históricos del futbol que, lamentablemente, tuvo que tener un final triste. No, no me refiero al “chorreo” (perdonad aficionados del Real Madrid por la expresión) que vimos en Anfield, y que dejó al Madrid como eliminado. La ubicación de este momento la encontramos otro de los encuentros de Champions League, concretamente en Turín, donde se enfrentaban Juventus y Chelsea.

La Juventus encajó una derrota en Stanford Bridge por 1-0, que obligaba a los italianos a vencer en Delle Alpi si querían seguir en cuartos. Bien pronto se demostraron estas intenciones, cuando en el minuto 18 Iaquinta adelantó a los de Turín. La alegría duró hasta el final de la primera parte, cuando el ghanés Essien, que volvía a jugar tras un largo periodo de lesión, empataba para los “blues”. Descanso, 1-1.

La Juventus se volcó al ataque en la segunda parte, pues necesitaba otro gol para poder seguir soñando con los cuartos de final. Y llegó el gol. Como siempre, “il capitano” estaba allí cuando su equipo mas lo necesitaba. Minuto 74, Alessandro del Piero, jugador eterno de la Juventus, logró el empate que daba esperanzas a los de Turín. Pero como decía el brasileño Socratés, “la línea que separa al éxito del fracaso es muy fina”. El marfileño Didier Drogba se encargó de afirmar esta teoría, y en el minuto 84 marcó el empate para los de Londres, que les daba el pase a cuartos.

Ese gol fue como un mazazo. No solo para la Juventus y sus seguidores, sino para un jugador al que va destinado este texto. Pues si, me refiero al checo Pavel Nedved.

Pavel salió del terreno de juego con lágrimas en los ojos. Ya anunció que ese año iba a ser su última temporada como jugador en activo, pues el checo poseía ya 36 años, y aunque su nivel seguía siendo muy alto, decidió echar el freno de mano a su carrera, para dar paso a los jóvenes que vienen pidiendo oportunidades, como Giovinco. Nedved tenía muchas esperanzas puestas en este partido, y sobretodo en la competición, ya que al ser su última oportunidad, quería lograr el triunfo bajo todo concepto. Pero la diosa de la fortuna no quiso que el guión fuera el deseado por los de Turín, y en el minuto 12, Nedved se tuvo que ir, llorando, como en aquella ocasión cuando disputaron las semifinales de la Champions League contra el Real Madrid, por culpa de una lesión muscular.

Ha sido este el adiós de quizás el mejor jugador checo que toda la historia (así ha sido reconocido por Pelé y la FIFA, además que la avala un balón de oro conseguido en el 2003, el mejor año de su carrera). Es triste que un luchador como ha sido Nedved tenga que decir adiós de esta forma, pero todos sabemos que a veces el fútbol es injusto.

Desde aquí, únicamente desear lo mejor a esta leyenda del fútbol mundial.

Hasta luego, Pavel.