Una piedra en el camino

Dani Navedo - La Selección Española ha cambiado después de lograr la Eurocopa de este pasado verano. Antes España era un equipo mediocre, una promesa sin cumplir, llena de jugadores en todo momento discutidos, futbolistas que iban y venían, mal juego en amistosos y partidos oficiales contra selecciones modestas… El papel del seleccionador nacional no era respetado, no tenía poder y se dejaba influenciar por la prensa. La afición ya no encontraba motivos para ver los partidos de la roja, el parón liguero para ver un partido internacional era un suplicio. Los rivales ya no temían la furia española, todo el mundo nos veía como una selección segundona, un equipo que no triunfaba desde hace muchos años… todo ha cambiado.

Ahora España asume los desafíos de cara, con confianza, con el apoyo de una verdadera afición y no de una puñado de gente condicionada por la prensa, que en lo único que piensan es en si Raúl debería estar en el combinado nacional. Ahora España marca tendencia, siempre fiel a un estilo que definió Luis Aragonés, que Del Bosque está continuando y que los jugadores dibujan sobre el césped con maestría, no solo dando espectáculo, sino logrando el objetivo de esto que para muchos es más que un juego: marcar más tantos que el rival.

La diosa fortuna quiso que la selección española de fútbol solo tuviera un escollo de cara al Mundial del 2010. Bosnia, Armenia y Estonia están a años luz de nuestros futbolistas. Por otra parte, Bélgica está todavía en un proceso de crecimiento que promete, jugadores jóvenes, talentosos y que saben a lo que juegan; pero todavía están evolucionando y en la actualidad no serían rival a la hora de plantear un partido de tú a tú contra España. En el Grupo 5, el grupo de la campeona de Europa, el único rival que podría poner el primer puesto en duda, la única piedra en el camino de la Selección Española, era el equipo dirigido por el mito, Fatih Terim, la selección de Turquía.

Tras lo visto en el enfrentamiento en el Santiago Bernabeu, ya no eran tantos los que hablaban de «arrasar a los de Nihat», algo de lo que se comentó casi de manera despectiva en los instantes previos al partido celebrado en Madrid. No hay que olvidarse que esta selección fue tercera en la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza, con un equipo bastante parecido al hoy presentado, aunque no idéntico. Si algo ha demostrado la selección de Turquía es que se crece ante las adversidades. Cuando se encuentran con un rival poderoso, podrían jugar dos partidos seguidos, movidos por ese sentimiento de «por mi selección, si hace falta me dejo la vida en el campo».

Estoy completamente seguro de que los futbolistas de Del Bosque en ningún momento tacharon de inferior a la selección turca. Y si había algún jugador con esa idea, Vicente se habría encargado de quitársela. Pese a ello, el alto ritmo de Turquía a la hora de la transición defensa ataque, sorprendió a la nuestra selección en ambos encuentros, sobretodo en el celebrado en territorio español: Emre, Arda Turan, Mehmet Aurelio, Tuncay, Semih Senturk y Nihat forman uno de los sextetos atacantes más veloces de todo el mundo. Sus movimientos son constantes e inteligentes, aprovechando cualquier resquicio que deje la zaga por muy pequeño que sea para colarse a hurtadillas, casi de puntillas, sin hacer ruido, y plantarse delante del portero contrario.

También me gustaría destacar un detalle que en el partido ayer disputado tuvo más relevancia de lo que parece: la baja de David Villa. El delantero del Valencia, posee una característica entre las miles que tiene, que en muchos otros atacantes se añora: la capacidad de defender. David es fundamental a la hora de iniciar la presión, mide como nadie sus esfuerzos, sabe cuando tiene que apretar hasta el último segundo y cuando no. Rara vez corre para nada. Sacar el balón jugado por bajo ante la pareja Torres-Villa es una tarea ardua complicada, más de lo que puede parecer, por lo que el rival que está intentando crear una jugada, muchas veces tiene que recurrir al balón largo, sin precisar. Ayer Fernando se encontró muy solo en esa tarea de presionar las salidas turcas y sus carreras cuando España no tenía el balón, fueron en gran parte vanas. De ahí que Turquía, con el 0-0 en el marcador y con el 1-0 a favor, se encontrara tan cómoda elaborando las jugadas, empezando una y otra vez, si hacía falta, desde la parte más trasera de su alineación.

Por último, pero no menos importante, me gustaría comentar un detalle de los momentos previos, tanto en el partido de hace unos días como en el de hoy, que no me ha gustado nada. Los segundos que dura el himno de tu selección, son unos segundos soñados por muchos futbolistas y un momento a recordar para los que están sobre el tapete verde. Sin embargo, tanto en el partido de España, como en el de Turquía, el himno del combinado rival fue ensuciado por los silbidos del público, algo que, la verdad, queda bastante «feo», por no decir otra cosa.