Fin del pacto de Llanes

Desde que el fútbol es un negocio y los equipos son poco menos que empresas, las circunstancias han provocado en numerosas ocasiones situaciones éticamente controvertidas. En algunos casos, con resultados deprimentes, como aquel partido entre Alemania y Austria del Mundial 82 de España, en otros casos, generando discusión ante hechos menos aparentes o demostrables

El Sporting de Gijón y el Racing de Santander se han visto involucrados en una polémica de este tipo en los últimos años, en el denominado por los medios de comunicación «Pacto de Llanes». Esta teoría suponía una conversación entre los presidentes de ambos clubs en la que, amparados en la proximidad geográfica y la hermandad entre aficiones, quedaba apalabrado que los puntos del enfrentamiento directo serían para el equipo que más lo necesitara.

El destino quiso que, en la temporada 09-10, el Sporting viajara a El Sardinero con el deber cumplido, mientras los cántabros se jugaban el descenso a Segunda División. Como era previsible, el Racing ganó con dos goles de Tchité y logró la permanencia, ante un Sporting que alineó a varios jugadores poco habituales.
La campaña siguiente se produjo la situación opuesta. El conjunto gijonés acudió a Santander en apuros, para enfrentarse a un Racing matemáticamente salvado. Pese a un gol tempranero que adelantó a los locales, el juego fue un monólogo sportinguista, que acabó remontando para ganar 1-2.

Los equipos luchan por sus intereses. Es lógico que, una vez cumplidos éstos, el entrenador quiera dar minutos a jugadores poco habituales, del filial, o simplemente, los futbolistas se relajen y no compitan con la máxima intensidad. Sin embargo, considero muy poco probable que exista una intención previa de producir determinado tipo de situaciones.

Este año, ambos equipos tienen urgencias, ya que se encuentran totalmente inmersos por evitar el descenso No existe posibilidad de ningún acuerdo tácito. Así que esta jornada viviremos un choque que por fin será noticia no por motivos extradeportivos sino por lo que realmente importa: el fútbol.