De penalti en el último segundo, pero tres puntos son tres puntos

Dani Navedo – Cuentan que en Riazor, cuando las meigas y los ajos hacen efecto, en Coruña se da un milagro. Algunos recuerdan tiempos mejores, cuando esta «magia» se repetía con una frecuencia inaudita, sin embargo, esa época ha pasado y hacía mucho tiempo que la parroquia blanquiazul no disfrutaba con uno de esos momentos. Sábado 21 de Noviembre del 2009, ocho de la tarde, las meigas han vuelto a las andadas…

De partida veíamos las alineaciones y nos encontrábamos con un Dépor muy ofensivo sobre el papel. Tras la suspensión de la sanción a Riki a última hora, este entraría al once inicial junto con Mista y Lassad, escorándose el primero a la derecha y colocándose el segundo como media punta, justo por detrás de Riki. Juan Rodríguez, en posiciones muy adelantadas a lo largo de los últimos partidos, volvería al puesto de medio centro ante la baja de Sergio, para hacer pareja con Antonio Tomás.

En el otro bando, Forlán, que había disputado hace escasas fechas un duro partido con su selección, empezaría en el banquillo, lugar en el que, por cierto, no estaría Lotina y si su segundo José Luis Ribera, aunque las cámaras se fijarían constantemente en el míster de Meñaka, hoy en la grada tras ser expulsado en Getafe y dando indicaciones a través de su teléfono móvil.

El partido no empezaba nada bien para el Deportivo de la Coruña. Prácticamente en la primera jugada del choque, Lopo se hace un lío al intentar sacar el balón jugado y el Kun Agüero, atento y pícaro como siempre, no desaprovecharía la invitación del central catalán al 0-1. ¿El resurgimiento del Atlético? Ni de broma. Aranzubía no tuvo más trabajo en la primera parte y sería el equipo blanquiazul el que llevaría todo el peso del partido, acercándose cada vez más a Asenjo, aunque este no tendría que intervenir hasta la jugada del empate.

Aunque más que intervenir, solo podría mirar, pues un saque de esquina peinado por Mista en el primer palo, llegaría a Colotto en el segundo, que remataría sin oposición a la red. El encuentro de nuevo igualado. Animado por su público y tocando bien en el medio campo, el Deportivo dominaba a placer a un Atlético de Madrid que perseguía sombras. Filipe hacía estragos en la izquierda, Lassad distribuía a la perfección los balones que le llegaban, Riki parecía tener tres años menos y no sabría asegurar si tan solo había un Juan Rodríguez sobre el campo.

Llegábamos al descanso y el gol de los locales era solo cuestión de esperar. Los de Quique no eran capaces de conectar con sus delanteros y el único ancla estaba demasiado escorado. Pero tampoco en las contras los rojiblancos eran capaces de hacer daño a los de Lotina, que rápidamente se replegaban y recuperaban el balón sin mayor problema. El técnico colchonero no tardó en reaccionar y meter su único enlace en donde debía estar: Jurado saldría en la media punta al comenzar la segunda parte.

El panorama había cambiado y ahora el Deportivo era el que esperaba bien organizado atrás al Atlético de Madrid. Con Jurado ya la zona que le corresponde, por fin Agüero empezaba a recibir en condiciones. Simao había salido por Sinama, por lo que el portugués jugaría en la izquierda y el talentoso medio campista del Atético donde le correspondía. Se mascaba la tragedia cada vez que en los tres cuartos de campo, aparecía uno de los dos citados con el balón controlado y se atrevía a pegarle. Juan Rodríguez y Antonio Tomás no eran capaces de cubrir todos los huecos y ninguno de los tres delanteros bajaba a ayudar. Guardado si echaba una mano a Filipe, pero Manuel Pablo se vio en más de una ocasión en apuros.

Con la salida al campo de Valerón cuando el electrónico indicaba ya el minuto 30 del segundo tiempo, se equilibraría la balanza y veríamos un final con constantes alternativas. Ambos tenían sus minutos de posesión e intentaban elaborar la jugada con calma, pero el Atlético no era capaz de desmontar el entramado del Deportivo, mientras que a estos últimos no les costaba demasiado plantarse en el área de Asenjo.

Empate en el marcador y córner a favor. La grada se viene arriba. Riazor se olía que algo iba a pasar, sin embargo el saque de esquina se resuelve sin consecuencias. Pero en el último segundo, Lopo cae dentro del área cuando intentaba rematar un centro desde la derecha y el colegiado indica penalti. Tan claro como inocente. Pablo traba al central catalán del Deportivo sin llegar a tocar balón. Después de protestas y más protestas de los rojiblancos, con Quique teniendo que salir al campo a taparle la boca literalmente a Agüero, Guardado transformaría el penalti, poniendo así el definitivo 2-1 en el marcador.

«Aunque sea en el último segundo y de penalti» que se suele decir. El Deportivo de la Coruña suma tres nuevos puntos en Riazor y se aúpa momentáneamente de nuevo a la zona Champions, pero lo realmente importante es que el Dépor está cada vez más cerca de asegurarse la salvación. Como vengo repitiendo últimamente… después a soñar, que es gratis.