Malos tiempos corren por Anfield

Damián – La derrota en el derby del Mersey ha dejado al Liverpool penúltimo en la clasificación, y lo que es peor, ha mostrado una imagen de un equipo sin alma ni garra. Eso es lo más grave. El equipo «red» ha perdido su identidad. Podían ganar, perder o empatar, pero siempre mostraban esas ganas y ese afán por la victoria que han hecho del club un mito que nunca camina sólo, acompañado de una ferviente afición que lo único que le pide a sus jugadores es lucha y entrega. 

Ahora mismo el Liverpool es un equipo sin identidad y un club a la deriva. El equipo con Rafa Benítez tenía un estilo de juego, más o menos vistoso, pero al menos sabía lo que quería. Cierto es que los resultados no le acompañaron en la última temporada, además de que su relación con los dueños, los estadounidenses Gillett y Hicks, se había deteriorado, lo que motivo su salida de Anfield al final de la temporada pasada. Benítez, con sus errores sobre todo a la hora de la realización de algunos fichajes, devolvió al Liverpool al primer plano del fútbol europeo con la conquista de una Copa de Europa, además de llegar a otra final. No consiguió el objetivo de volver a ganar el campeonato de liga pero eso ya ocurría desde 1990, por lo que no se le puede achacar a él toda esa responsabilidad.

Y en cuanto al club ahora está inmerso en la venta a la empresa norteamericana New England Sports Ventures, además de arrastrar una deuda que le impide luchar de tú a tú con Chelsea y Manchester United, los grandes dominadores del campeonato inglés en los últimos años.

En mi opinión Roy Hodgson no es el entrenador que necesita este equipo. El Liverpool no es el Fulham y no puede jugar a lo mismo. Con los «Cottagers» realizó una gran labor, su fútbol simple y práctico funcionó pero con el Liverpool tendrá que cambiar o sus horas estarán contadas, y me parece a mi que no tiene muchas más variantes en su librillo para sacarlo adelante.

Esta temporada se puede considerar perdida en Anfield. Eliminados de la Carling Cup por el Northampton Town de la cuarta división, y ocupando el penúltimo puesto de la Premier sólo les queda la esperanza de dar la campanada en la FA Cup o la Europa League, además de escapar lo más pronto posible de los puestos peligrosos y situarse en mitad de la tabla. Plantilla para hacer esto tienen de sobra. Reina, Carragher, Glen Johnson, Agger, Skrtel, Raúl Meireles, Steven Gerrard, Joe Cole o Fernando Torres tienen calidad más que suficiente para solventar esta situación.

Superada esta temporada de la mejor manera posible los nuevos dueños deberán de sentar las bases de lo que quieren para su nueva adquisición. Actuar con calma pero dejando bien claro que su propósito es devolver al club a la élite del fútbol inglés y europeo. Para ello deberán confiar en gente que conozca la idiosincrasia del mítico club y del fútbol inglés. La primera medida debería ser la contratación para la próxima campaña de un técnico que devuelva a Anfield el gusto por el fútbol que caracterizó los grandes triunfos de Bill Shankly y Bob Paisley: el «passing game». La pregunta es si serán capaces de hacerlo.