El retorno del hijo pródigo
Media Barcelona ha estado paralizada los últimos días por el retorno de Pep Guardiola, y no es para menos. El que fuese el mejor entrenador de la historia del club, volvió anoche a la ciudad, al estadio, donde forjó su leyenda. Pero la gente parecía que se olvidaba de otro gran personaje con pasado azulgrana que regresó de la mano de Pep. Un chaval culé desde pequeño que se crió en la Masía, pero sus ansias por jugar le acabaron llevando a Munich. No, no hablo de Pepe Reina. Hablo del canterano con más talento que ha salido de Can ‘Barça’ desde Lionel Messi. Y, desgraciadamente para los culés, ya no está aquí. Hablo de Thiago Alcántara.
Durante esta semana he tenido la duda de cómo iba a recibir el Camp Nou al hijo mayor de Mazinho. En realidad, a pesar de ser un gran jugador, aquí en el ‘Barça’ apenas pudo demostrarlo ni fue pieza clave –que digamos– para la consecución de algún título. Aún era joven. Por eso tampoco sería normal que se llevase una ovación como si volviese Eto’o o Ronaldinho. Pero claro, tampoco sería justo pitarle, al fin y al cabo él siempre ha hablado bien del FC Barcelona y cuando vistió la camiseta azulgrana lo dio todo. Es por eso que la duda estaba ahí: aplausos de los culés nostálgicos, que siempre le tendrán cariño al que fue “uno de los nuestros”, o pitos de los “rabiosos” que no le perdonan a Thiago que se marchase en lugar de quedarse en Barcelona a esperar su oportunidad. Que incluso lo tachan de traidor.
Pues bien, creo que anoche fue un poco lo esperado. Cuando el encargado de la megafonía del estadio dijo el nombre de Thiago Alcántara, ahí se escuchó una mezcla entre pitos (algunos venían propiciados de los pitos que ejerce el público cuando dicen las alineaciones visitantes) y algún que otro aplauso también, en los cuales me incluyo. Pero no se pudo apreciar del todo bien. Si Guardiola hubiese decidido reemplazar a Thiago en algún momento del partido… entonces sí que se habría visto claro. Cuando se realiza un cambio, todo el estadio está pendiente a ese jugador, y ahí si que se hubiese visto mejor la “tímida” ovación. Pero la verdad, viendo el frío recibimiento hacia Pep, con Thiago tampoco podemos esperar demasiado.
El Camp Nou tendrá grandes puntos positivos, pero el tema ovaciones aún no acaban de cuajar. Y creo que va siendo hora de ir aprendiendo, que en un par de semanas habrá que despedir a Don Xavi Hernández como merece, y con él si que no me sirve ningún tipo de desplante.
Pero volviendo un momento al tema de Thiago… independientemente de algún insulto hacia él que he escuchado por mi alrededor… debo decir que he sentido mucha nostalgia. Esa nostalgia de ver como alguien con quién tu disfrutabas ahora te hace sufrir. Esa clásica conducción que tanto me gusta. Esa técnica, esa clase, esa magia. Me recordó a la rabia que sentí cuando lo “regalaron”. Volví a acordarme del futuro centro del campo de ‘la Roja’, Thiago-Isco. Uno canterano azulgrana, otro culé de cuna. Y ambos en dos equipos rivales, en los dos equipos que luchan con el FC Barcelona por ser el mejor de Europa y del mundo. Qué bajón. Qué desastre de gestión hubo ahí. A uno lo tuvimos, a otro ni eso, a pesar de que él lo deseaba. ¡Qué jodido se hace verlos triunfar por ahí y qué complicado es jugar contra ellos!
En fin, Thiago. Que a pesar de que el Camp Nou no te lo demostró excesivamente anoche, para mí sigues siendo un grande y esta siempre va a ser tu casa. No te guardo rencor, aunque si que me da algo de rabia que te fueras así. A pesar del resultado, espero que hayas disfrutado de tu vuelta a casa, además de reencontrarte con tu hermano Rafinha. Que te vaya genial (menos en la vuelta de ‘semis’ de la próxima semana).
Nacho Fariñas Ribes