Denílson, el capricho más caro de ‘Don Manué’

Ficha Técnica Denílson

Hubo un tiempo en el que no sólo eran ‘Barça’ y Madrid los que podían permitirse el lujo de firmar a grandes cracks con los que meterse en el bolsillo a la afición cada verano. Ejemplo de ello fue el Betis de los años 90, que no contento con poner al servicio de su afición un atractivo carrusel de adquisiciones (Jarni, Alfonso, Finidi…) en anteriores mercados estivales, culminaba su condición de club pudiente con la incorporación de Denílson de Oliveira, algo así como ‘El Neymar de los 90’ (aunque en este caso ningún presidente acabó imputado). Fue un fichaje apalabrado por Manuel Ruiz de Lopera —‘Don Manué’, como a él le gustaba que le llamaran— en agosto de 1997 pero que, para agonía de la parroquia verdiblanca, no se haría realidad hasta casi un año más tarde.

No obstante, de Denílson (“Er Denírzon”, como diría ‘Don Manué’) se recibió infinitamente menos de lo que se esperaba, como suele pasar casi siempre que se abonan cantidades estratosféricas por un futbolista aún por explotar. Y si, para colmo, a lo anterior le añadimos que el susodicho aterrizaba en la liga española procedente de un vuelo directo desde Brasil —con 20 años y venido de una liga tan diferente a las europeas— es comprensible que la presión sobre el jugador se multiplicara; que se lo digan al extremo brasileño, que seguramente habría deseado adaptarse con tanta facilidad a las canchas europeas como lo hizo a la Feria de Abril, o a las tapas y féminas autóctonas.

Inicios en São Paulo

En una generación comandada por los Rogério Ceni, ‘Cafú’ o ‘Juninho Paulista’ (firme candidato a próximas entregas de esta infausta sección), Denílson comenzaría a labrarse su carrera como profesional y a abrirse camino en la banda izquierda del Estadio Morumbi en plena Copa Conmebol de 1994: ahí comenzaba la cotización en alza de un jovencísimo Denílson de Oliveira.

Tres cursos más pasaría el extremo brasileño en las filas del conjunto paulistano, en las que, pese a presentar unas cifras más que discretas en cuanto a partidos disputados y goles anotados, el Diademense lograría atraer la atención de más de un club europeo gracias a sus malabarismos con el balón en los pies—normalmente en forma de interminables bicicletas— y a su espectacular sprint.

Primeros éxitos con la selección brasileña

Consagrado ya como una pieza importante en su club, a Denílson le quedaba aún afianzarse en el combinado nacional; tenía tiempo por delante.

El seleccionador brasileño, Mário Zagallo, decidía incluirlo en la lista de convocados para la Copa América de 1997, disputada en Bolivia y que acabaría con la ‘canarinha’ levantando el título de campeón.

Después vendría la Copa Confederaciones, que tuvo lugar durante el mes de diciembre del mismo año en Arabia Saudí, y que también se saldaría con la ‘Verde-Amarela’ alzándose, por primera vez en su historia, con el trofeo, gracias a su contundente victoria por 6 goles a 0 frente a Australia en la final. Allí, a pesar de coincidir con estrellas de la talla de Roberto Carlos, ‘Dunga’, Romário o Ronaldo, la organización decidió que Denílson fuera reconocido como Balón de Oro del torneo, distinguiéndolo así como jugador más destacado de la competición.

Fichaje más caro del momento

Corrían los últimos días del verano de 1997 cuando, tras rechazar el São Paulo una oferta millonaria del Lazio, y cancelar a última hora un acuerdo con el FC Barcelona por falta de consenso en cuanto al pago de los impuestos derivados de la transacción —el propio Denílson llegó a reconocer que se acostó creyéndose azulgrana y se levantó siendo bético al día siguiente—, sería finalmente el Real Betis Balompié el que se llevaría el gato al agua. Y lo haría gracias a la insistencia del máximo mandatario verdiblanco por aquellas fechas: Manuel Ruiz de Lopera.

El excéntrico presidente bético, que había jurado morir armando un Betis “grande, libre y limpio”, se había empecinado en cerrar el fichaje del futbolista brasileño a toda costa, sin importarle abonar cantidades ingentes de dinero ni tener que esperar hasta el verano siguiente para poder ver al extremo brasileño haciendo diabluras en la banda izquierda del Estadio Benito Villamarín (por aquel entonces bautizado, literalmente —capellán incluido—, como “Estadio Manuel Ruiz de Lopera”).

Así pues, en agosto de 1997, Real Betis y São Paulo FC acordaban el traspaso de Denílson a la entidad andaluza por 5.300 millones de las antiguas pesetas, lo que convertía al fichaje del extremo brasileño en el más caro del momento; situación ostentada hasta entonces por los 4.000 millones que había abonado el Inter de Milán al FC Barcelona por Ronaldo Nazário dos meses antes. El club brasileño aceptaba el trato con la única condición de que el futbolista brasileño permaneciera en el conjunto brasileño, en calidad de cedido, hasta después del Mundial de Francia 98’. Y así fue: a pesar de la promesa de Don Manuel a la afición verdiblanca de que haría todo lo posible para que su fichaje mediático aterrizara en ‘Heliópolis’ durante el mercado invernal de la 97/98, la incorporación de Denílson a la plantilla bética no se produciría hasta el verano de 1998, justo un año después de la firma.

A Denílson le esperaban diez campañas con la camiseta verdiblanca, merced a su contrato y a la prohibitiva cláusula de rescisión que había decidido asignarle el mandamás bético: 65.000 millones de pesetas. Traducido con una frase del propio Lopera: “Hemos fichado a un jugador que, para que nos lo quiten, tienen que cerrar un banco”; y es que en aquellos tiempos (y en éstos), abonar casi 400 millones de euros por un futbolista era algo absolutamente impensable.

Mundial de Francia 98′

Un año después de su fichaje por el Betis y recién acabada su temporada de cesión en las filas del São Paulo, al joven extremo brasileño le llegaba una de las oportunidades de su carrera: la disputa de un Mundial.

Denílson, aunque tendría un papel secundario durante el torneo, acompañó a los Taffarel, ‘Cafú’, ‘Dunga’, Rivaldo, Ronaldo o ‘Bebeto’ en la lista de seleccionados por Mário Zagallo para participar en la máxima competición de selecciones, disputada en Francia y conquistada por el combinado anfitrión, con aquel doloroso e inesperado 3-0 endosado a la ‘Canarinha’ en la gran final.

Ansiado debut con el Betis

Tras la decepción mundialista, a Denílson le tocaba cambiar el chip y centrarse en su nuevo club: el Real Betis Balompié, donde tanto afición como presidente esperaban con los brazos abiertos a su flamante fichaje; al que, por cierto, hasta el momento sólo habían podido ver en el anuncio de Cola Cao y regateando a transeúntes en un aeropuerto.

El brasileño debutaría en el mítico Estadio de Mendizorrotza, en un pírrico y aburrido encuentro que acabaría con empate sin goles. Y precisamente sin goles estaría Denílson hasta la jornada 22ª de liga —ya con Javier Clemente al frente de la nave verdiblanca tras la destitución de Vicente Cantarore—, cuando por fin logró estrenar su casillero goleador con la camiseta verdiblanca: lo hizo ante su afición, con un gol originado de una jugada embarullada dentro del área del Racing de Santander. Aquel tanto serviría, de paso, para resolver un simpático enigma instaurado por aquellos tiempos en las gradas del estadio bético: “¿Sabes cómo celebra los goles Denílson? – No, ¿cómo? – Nadie lo sabe”.

Aquella prometedora campaña para club y jugador, acabaría siendo tan decepcionante para el Betis como para el propio Denílson quien, aparte de benevolentes bicicletas en la banda izquierda del estadio situado en la Avenida de la Palmera, sólo lograría regalar al aficionado verdiblanco dos tantos en toda la temporada —nada nuevo si echamos un vistazo a sus cifras goleadoras en Brasil—, con los que sólo pudo contribuir a la 11ª posición alcanzada por los verdiblancos a final de temporada.

Y si la primera temporada fue para olvidar, mejor no hablar de la segunda, que acabó con los andaluces en Segunda División —carrusel de entrenadores incluido: Carlos Timoteo Griguol, Guus Hiddink y el serbio Faruk Hadžibegić, que permanecería luego en el club como director deportivo— junto a otros dos históricos como el Atlético de Madrid de ‘Jimmy’ Floyd Hasselbaink y su homónimo en la capital andaluza: el Sevilla FC.

Cesión al Flamengo y retorno al Betis

Después de la debacle bética, el jerarca del club ‘helipolitano’, Manuel Ruiz de Lopera, junto a su nuevo director deportivo, Faruk Hadžibegić, deciden que, mientras el equipo milite en la Segunda División española, Denílson no vestirá la elástica verdiblanca. Se acordaba así su cesión al Flamengo, que se comprometió a hacerse cargo del salario del brasileño íntegramente.

Pasados seis meses desde su vuelta a Brasil, el presidente bético decide repescar al extremo brasileño tras no pagar el Flamengo las cantidades acordadas por la cesión del futbolista. Así, el jugador vuelve a enfundarse la “casaca” verdiblanca, esta vez en Segunda División; en la categoría de plata del fútbol español, Denílson lograría la irrisoria cifra de un gol en media temporada, pero ayudaría al Betis a lograr el ansiado ascenso al final de la campaña 2000/2001.

La temporada siguiente, el brasileño continuó en su línea goleadora, pero pudo por fin saborear el éxito con la clasificación de los verdiblancos para la disputa de la Copa de la UEFA.

Campeón del Mundo en Corea y Japón 2002

Como punto y seguido a las sonrisas en Sevilla, le llegaría a Denílson la alegría con su selección: la Brasil de Luiz Felipe Scolari lograría proclamarse campeona de la máxima competición de selecciones en aquella inolvidable final ante Alemania, que significó el renacer de Ronaldo Luís Nazário de Lima como futbolista. Denílson, por su parte, volvió a tener una función secundaria en aquella competición, repitiendo en su papel de “jugador de segundas partes”.

Últimos años en Sevilla

En el Betis, un Denílson igual de peleado con el gol pero reforzado tras los éxitos colectivos logrados a nivel de club y selección, completaría el extremo tres temporadas más, en la última de las cuales se terminó de confirmar algo que ya se había vislumbrado durante las seis campañas anteriores: Denílson de Oliveira Araújo no había logrado, ni podría ya lograr, darle al Betis ni siquiera la mitad de lo que se esperó de él desde aquel agosto del 97. Así pues, a principios de la temporada 2005/2006, Lorenzo Serra Ferrer y los máximos mandatarios verdiblancos deciden que Denílson deje de pertenecer a la disciplina bética.

El que no corre y no lucha no le interesa a Don Lorenzo Serra Ferrer“, fue la frase “made in ‘Don Manué'” con la que el estrambótico patriarca verdiblanco dejaba oficialmente de venerar al que había sido el inquilino más consentido de su cortijo.

Próximo destino: Burdeos

A punto de cumplir los 28 años y con más de una lesión en el camino —la última, en el cartílago, había obligado al brasileño a pasarse la mayor parte de la temporada 2004/2005 en la grada y a ver la final de Copa conquistada por su equipo, en junio de 2005, desde el palco del Vicente Calderón—, Denílson decidió desestimar una oferta del fútbol turco y marcharse al Girondins de Burdeos.

Ya sin la carga de los 5.300 millones, en el conjunto francés —donde el propio Denílson reconoció que había pasado la mejor temporada de su carrera deportiva— la frustrada estrella brasileña disfrutaría de su última campaña en el fútbol europeo ya que, para sorpresa del propio jugador, el club bordelés decidió no renovar su contrato al término de la temporada. A partir de ahí, el desgastado Denílson decidió tomarse el fútbol de otra manera, en vistas de que el fichaje por algún club de Champions —como era su intención en un primer momento— parecía algo utópico: el final estaba cerca y ya sólo importaba asegurarse su propio pan (y lo que no era el pan) y el de su familia, a través de contratos tan millonarios como efímeros en clubes de ligas menores.

Aventura en Arabia Saudí

Así, en el verano de 2006, después de la decepción en Burdeos y de ser descartado por el Portsmouth inglés, un cabizbajo Denílson se agarraba al primer ofrecimiento millonario y firmaba un contrato por nueve meses con el Al-Nassr saudí. Contaba aún Denílson con 29 años, pero su maltrecha rodilla, ya sin solución, hacía que el mero hecho de poder seguir practicando deporte fuera un premio para las piernas del malogrado extremo.

Rumbo a EEUU

Concluido su contrato con el Al-Nassr y tras no fructificar sus negociaciones para incorporarse al Newell’s Old Boys argentino, Denílson aterrizaba —a la par que David Beckham, que acababa de incorporarse a la disciplina de LA Galaxy— en la MLS estadounidense, donde se uniría al FC Dallas de Steve Morrow durante seis meses como “Jugador Franquicia” del equipo, es decir: cubriendo una de las plazas que reserva la federación estadounidense para futbolistas excluidos del tope salarial marcado por la reglamentación de la Major League Soccer.

Vuelta a Brasil

Después de su corta aventura estadounidense, Denílson vuelve a su país natal para entrenarse con el Palmeiras, que decide —a petición de su por aquel entonces entrenador, Vanderlei Luxemburgo— incorporar al jugador definitivamente con un contrato que lo unía al club ‘alviverde’ desde febrero de 2008 hasta diciembre del mismo año.

Allí volvería Denílson a mantener cierta regularidad, jugándolo casi todo e igualando sus mejores —aunque pobres— cifras goleadoras. Además, a los pocos meses de su llegada, volvió a saborear lo que significaba lograr un título: el campeonato Paulista.

Después de haber podido disfrutar, de forma inesperada, de una última temporada en el fútbol competitivo, que le dio fuerzas para volver a intentar —sin éxito— el retorno al fútbol europeo realizando una prueba con el Bolton inglés, el extremo, ya con 31 años, decide no moverse de Brasil y aceptar una oferta de un club de menor nivel: el Itumbiara de la 5ª división brasileña. Tras dos meses en el club, en los que recibió más abucheos que aplausos, tuvo que decir adiós —con casi medio millón de dólares en el bolsillo— por una nueva lesión en su rodilla derecha.

Visto y no visto en Vietnam

En el Hải Phòng de Vietnam, al que llegó en verano de 2009, consiguió Denílson superar todos sus registros realizadores: básicamente porque en el medio partido que disputó con el conjunto vietnamita, anotó un gol, y de falta además (el primero de libre directo en su carrera). Curiosamente, en el descanso de aquel encuentro, Denílson se marchó del estadio —y del club— alegando una recaída en su lesión de rodilla.

Su no-debut en Grecia

Después de seis meses desconectado del fútbol, a Denílson le surge la posibilidad de retornar a Europa: en febrero de 2010, el AO Kavala de la Primera División de Grecia firma al jugador un contrato de dos años y medio, lo que permitía, a priori, que la castigada rodilla del ya veterano extremo pudiera recuperarse con total garantía. No obstante, la historia volvería a repetirse, y Denílson se marcharía del club dos meses más tarde sin ni siquiera llegar a debutar.

El caso de Denílson de Oliveira no es más que otra muestra de lo que supone acelerar los plazos en la progresión de un futbolista, y de la presión que entraña volcar la responsabilidad de todo un proyecto deportivo en la figura de una joven promesa venida de un fútbol y una cultura diferentes.

No sabemos que habría pasado si su destino hubiera sido azulgrana en vez de verdiblanco. Lo que sí sabemos es que, una vez más, el boom mediático creado en torno a la figura de una joven promesa se saldó con una carrera marcada por muchas más sombras que luces.

MOMENTO CUMBRE

Participación en el Mundial de Francia 98′ bajo la vitola de futuro crack mundial y como el fichaje más caro del momento: parecía abrirse el camino del éxito para un veinteañero Denílson.

MOMENTO INJUSTO

Traspaso al Betis por 5.300 millones de pesetas en 1997, lo que significó para Denílson una pesada losa que lo acompañaría durante el resto de su carrera deportiva.

TRAYECTORIA EN CIFRAS

Trayectoria en cifras Denílson (club)

Trayectoria en cifras Denílson (selección)

Títulos Denílson

Fuentes bibliográficas: ceroacero.es ; national-football-teams.com ; footballdatabase.eu ; youtube.com ; desportivopaulense.blogspot.com.es ; athleticradio.gr ; lavanguardia.com ; elpais.es ; uefa.com ; fifa.com ; sambafoot.com ; historiascoperas.blogspot.com.es ; alineacionesinternacional.blogspot.com.es ; lamazetadeportiva.blogspot.com.es ; goal.com

Leandro Serrano

El fútbol me interesa porque es una religión benévola que ha hecho muy poco daño. Futbolero empedernido desde 1990. Columnista en El Fútbol es Injusto.

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