Los colores del alma

Una de las partes más importantes que conforman al mundo futbolístico como lo que es se encuentra alejada del tacto con el balón y, en la mayoría de los casos, de las portadas de los periódicos. Ésta, foco de atención y aliento puro de los once héroes que se encuentran en el campo, resulta ser el motor gracias al cual un club es lo que es, y a su vez es la firma de la identidad que compone todo lo que rodea al mismo.

Perseguidas, vitoreadas, adoradas, justas, infranqueables, inamovibles, serias o cantarinas, pero ante todo fieles. Hablamos de las aficiones, por supuesto.

Los ritos que conlleva la pertenencia a una afición se consiguen mediante diversos factores, tantos como el amor por el club del cual tenemos teñidos los colores del corazón. La ciudad, la cultura, la tradición e incluso la herencia hacen que nuestra personalidad se decante por unos u otros cromatismos, o que atraviese momentos de incertidumbre a la hora de vociferar el canto que acompaña al himno de un equipo.

Pero lejos de cánticos, pancartas, rezos o exageraciones múltiples que uno o varios aficionados puedan acometer por el bien de su equipo, una de las señas de cada afición se encuentra en el comportamiento durante los 90 minutos que dura la contienda. En las gradas es donde todos los seguidores demuestran de que pasta está hecha la fuerza y la pasión hacia su club mediante manifestaciones de todo tipo; y enseñan cómo se debe teñir el ambiente para dar ese empujón al jugador para llegar a un balón que se escapa, o como servir de apoyo para que el delantero salte más alto a cabecear un centro.

El resultado de estas manifestaciones, llamadas coloquialmente mosaicos, resultan verdaderas obras de arte y poderosas armas a la hora de intimidar al rival. La técnica y precisión con la que se llevan a cabo las confieren como momentos excelsos del fútbol que aúnan arte y pasión. Desde recreaciones en tres dimensiones hasta elementos que varían según se comporten los aficionados que sostienen las cartulinas, lonas, camisetas u otros elementos de los cuales se componga la creación final.

Uno de los que viene principalmente a la cabeza cuando se habla de afición, pasión y mosaicos increíbles es sin duda el Borussia Dortmund. Los seguidores de este club alemán rebosan fuerza y ofrecen una manera de vivir el fútbol que encuentra difícilmente comparación en el mundo, desembolsando una ingente cantidad de cánticos y declaraciones de amor hacía los colores del club ‘Revolutionär’ como poquísimas veces se ha visto en un estadio. Signal Iduna Park resulta ser una caldera en vida para las aficiones rivales, y un auténtico ambiente intimidatorio envuelve a los jugadores del equipo rival desde mucho antes que el árbitro indique el comienzo del partido. Sus mosaicos han recorrido la retina de multitud de adeptos a otros equipos, y resultan ser una de las mejores muestras de arte en la grada en cada partido de Champions League que el ‘BVB’ juega como local.

Los ‘Ultraslan’, nombre con el que se conoce a los ultras del equipo turco Galatasaray Istambul S. K., también crean impresionantes manifestaciones en uno de los países en los que el fútbol se vive con más pasión del mundo. Muchos jugadores del panorama internacional han declarado que jugar en un estadio de Turquía como visitante es un auténtico infierno, y gran culpa de ello la tiene una afición que empieza a asustar en el momento que despliegan las lonas antes del comienzo del partido.

La Sampdoria también es un histórico en este apartado, gracias a sus coreografías y mosaicos gigantescos. Los colores del equipo y la mezcla que se consigue al juntar ambas disciplinas tienden a conseguir resultados majestuosos, y a colocar a esta hinchada como una de las más fieles del futbol italiano.

El Legia Varsovia, Celtic Glasgow, la Juventus de Turín o el Olympiacos griego son algunos de esos equipos contra los cuales jugar a domicilio resulta un dolor de cabeza; pero no hay que irse tan lejos para disfrutar de un graderío ferviente y que deje boquiabiertos a rivales y seguidores propios. El FC Barcelona ha ganado enteros en dicho apartado, haciendo del Camp Nou un estadio en el que el arte de los aficionados se pone al servicio de sus jugadores, y les confiere aliento a través de impresionantes demostraciones que han llegado a teñir por completo de blaugrana las gradas de un estadio con más de 99.000 almas de capacidad.

El fútbol es una de las manifestaciones culturales que más cantidad de masas mueve en el mundo, y prueba de ello es todo lo que rodea al mismo. Pero sin lugar a dudas, la manera de vivirlo que las hinchadas otorgan al mismo le hacen ser uno de los eslabones en los cuales se sostiene la pasión por un estilo de vida. Estás formas de liberar el amor por unos colores le dan sentido al porqué los futbolistas saltan al campo y se dejan la piel por el escudo que llevan en el pecho; y la afición, sea del equipo que sea, no puede hacer otra cosa que adorar a ese tipo de jugador, al que no dudará en arropar cuando el frío de la temporada le alcance.

Foto de portada: defensacentral.com

Jaime García

CEO MagaZinema, diseñador, redactor... Visto camisas, tengo tatuajes y miro a los ojos al hablar. 91.

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