La noche del forastero en el Camp Nou

Parece que la Semana Santa aún no haya acabado en Barcelona, o al menos en el Camp Nou; anoche, el feudo ‘culé’ presentaba una muy buena entrada: alrededor de 75 mil espectadores. Teniendo en cuenta el horario, el clima y, con todos mis respetos hacia el Almería, el rival, el número de asistentes estuvo francamente bien. Pero gran culpa de esto la tiene la gran cantidad de “forasteros” que acogió el estadio azulgrana. No sé si es que aún hay mucho turismo futbolístico por el MIC  o si simplemente la gente viene aprovechando que en muchos lugares de Europa ahora están de vacaciones, pero lo que está claro es que estaba lleno de extranjeros: familias, parejas, equipos de fútbol de chavales pequeños… de todo. Y, como el partido no fue extremadamente entretenido, por instantes me dediqué a observar a todos aquellos visitantes de mi alrededor.

A mi derecha tenía una pareja de etnia negra de unos treinta años. El chico llevaba unas deportivas Adidas, las típicas F50. “Qué hortera —pensé yo— llevar ese calzado para vestir queda raro; yo solo las uso para jugar al fútbol”. Además, iba con la camiseta carmesí de Neymar, pero eso era totalmente normal estando dónde estábamos. Su, aparentemente, novia, todo lo contrario: elegancia total, ultra maquillada, y con un bolso que seguramente le costó más que las dos entradas del partido juntas. El chico se tiró gran parte del partido echando fotos y emocionadísimo, mientras la chica parecía disfrutar más viendo a su pareja que presenciando el partido. Creo que ya sé de quién fue la idea de ir al encuentro.

Justo debajo, todo lo contrario físicamente: un equipo de fútbol de chavales de no más de diez años, donde todos eran rubios. Todos. Algunos más, otros menos, pero todos con el pelo claro; el más castaño del equipo aquí sería considerado el más rubio sin duda. Lo más gracioso fue escuchar como llamaban a Lionel: “Messí”, “Méssi”, “Massi”, “Meissi”… había para cualquiera de los gustos. Es extraordinario cómo cambian los idiomas y las entonaciones con las mismas letras. Me estuve riendo un rato con las reacciones de aquellos niños, eran muy graciosos. Todos iban con el mismo chándal, pero no conocía el escudo. Tampoco entendía su idioma, pero por como sonaba y por su aspecto, juraría que eran nórdicos.

Y los otros forasteros en los que pude fijarme (tampoco me alcanzaba la vista mucho más) fueron unos que tenía debajo más tirando a la izquierda. Eran asiáticos, pero yo soy muy malo para diferenciar japoneses de chinos, coreanos y demás, así que prefiero no mojarme. Eran una familia de tres: padre, madre y un muchacho de unos doce o catorce años. Éste llevaba la camiseta de, como no, ‘Leo’ Messi, además de una bufanda con los colores de senyera. Al chaval le hicieron la misma foto (de pie sujetando la bufanda y con el césped de fondo) unas setecientas veces, así a ojo. Y ni se inmutó; su rostro, completamente emocionado y boquiabierto, no cambió ni un segundo.

Además de estos visitantes que pude presenciar, más los miles que había repartidos por todo el estadio, también estaba Keran, un niño de Tanzania que ganó un premio con una compañía de aerolíneas en el cual podía escoger la destino que quisiera de todo el mundo, y eligió la ciudad condal para ver al FC Barcelona en directo. Keran logró cumplir su sueño y vio en directo a sus ídolos, a pesar de vivir en la otra punta del mundo, y que menos que su momento de gloria en nuestra sección de los sueños, en el Fútbol es Soñar. En definitiva, la noche del miércoles fue una de esas en las que uno se siente —aún más— orgulloso de ser del ‘Barça’. Ver como tu equipo es reconocido y admirado en todo el mundo, ver como gente de diferentes países y continentes quiere venir a Barcelona para ver jugar a tu club, es motivo de orgullo y satisfacción, como diría uno que yo me sé. El miércoles, el cántico “Ole le, ola la, ser del Barça es, el millor que hi ha” creo que lo canté con más fuerza y razones que nunca.

Foto de portada: AS.com
Foto destacada: cuadrosguapos.com

Nacho Fariñas Ribes

Cosecha del 93. Actualmente en Mundo Deportivo. Estudiante de Periodismo en la Facultad de Comunicación Blanquerna y columnista en 'El Fútbol es Injusto,' sección 'El Fútbol es Soñar'. Jugador de fútbol sala. Fan de cualquier futbolista con el diez a la espalda.

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