Una araña negra y dorada

Tras la muerte de Vladímir Ilich Uliánov ‘Lenin’, se desencadenó una lucha por el poder entre los hombres fuertes del Partido Comunista. Entre ellos, Iósif ‘Stalin’ Vissariónovich Dzhugashvili, quien finalmente consolidó su influencia y se convirtió en el líder de la Unión Soviética en 1928. Su Primer Plan Quinquenal consistió en el desarrollo de la industria pesada del país, haciéndose con el control de todas las empresas existentes. Esto provocó un éxito único, pero a costa del sacrificio (y la vida) de millones de rusos.

El mismo año que ‘Stalin’ subió al poder, nació en Moscú Lev Yashin. Su infancia no fue nada fácil, como no lo fue para nadie de su generación, que tuvo que vivir la devastación de una guerra y, lo que es peor, las miserias de una posguerra. Lev solo tenía doce años cuando Hitler invadió Rusia, lo que le obligó a unirse a su familia en la fábrica de municiones en la que trabajaba. Al término de la II Guerra Mundial, compaginaba su tarea en la fábrica con el deporte; en las tardes invernales jugaba al hockey sobre hielo, mientras que en las estivales prefería el balón de fútbol, pero siempre de portero, pues sus casi 190 centímetros eran ideales para tal demarcación.

En aquella época, el equipo de moda era el Dinamo de Moscú, controlado por el Ministerio Soviético del Interior y las estructuras de seguridad nacional (la NKVD). Se había hecho con el primer campeonato de liga tras la guerra y, como medio de propaganda soviético, hizo una gira por el Reino Unido, donde se anotó dos victorias (ante Cardiff y Arsenal) y dos empates (frente a Chelsea y Glasgow Rangers) con un saldo de 19 goles a favor y 9 en contra, lo que provocó que los jugadores fueran homenajeados por el Kremlin cual héroes de batalla.

En 1949, después de que el Dinamo ganara su cuarta liga soviética consecutiva, se incorpora a sus filas el joven Lev como suplente de la entonces máxima figura del equipo, Aleksei Khomich. Las pocas oportunidades que recibió hicieron que cambiara el campo de fútbol por la pista de hielo, y se unió a la sección de hockey del mismo club, donde creció como portero; fue tal su progreso, que llegó a estar entre los candidatos para representar a su país en el Mundial de 1954 en Suecia. Pero entonces Khomich se lesiona y proponen a Lev volver al fútbol, su verdadera pasión; Yashin acepta y comienza su leyenda en el mundo del fútbol.

De esta forma comienza una historia de más de veinte años de amor con el Dinamo de Moscú, y de pasión con la Selección Soviética de fútbol, que vivieron, con Yashin bajo palos, los momentos más brillantes de su historia. Esta época dorada se inició en 1956, en los Juegos Olímpicos de Melbourne, donde los soviéticos se colgaron la medalla de oro, en parte, por las exhibiciones del guardameta entre los tres palos.

Dos años más tarde, Yashin tuvo la oportunidad de jugar en Suecia el Campeonato del Mundo que nunca llegó a disputar con la selección de hockey. Aquella fue la primera participación en un Mundial de Fútbol por parte de la URSS y avanzaron hasta los cuartos de final, donde cayeron de forma más que honrosa ante la anfitriona y posterior subcampeona. Fue el primer Mundial emitido internacionalmente, gracias al satélite soviético Sputnik II, por lo que el mundo conoció a ‘Pelé’, a Fontaine y a Lev Yashin.

La incursión de la URSS en el concierto futbolístico internacional ponía la nota de atracción de la aislada y temible superpotencia del Este, y su imagen era la de Yashin vestido con su habitual indumentaria de color negro. Fue en la primera Eurocopa que se celebró, la de 1960, donde el fútbol soviético alcanzó su zenit. Por el camino dejó atrás a una Hungría sin vestigios ya de sus “magiares mágicos”, a una España bloqueada por el Régimen Franquista y, ya en Francia, a Checoslovaquia en semifinales y a Yugoslavia en la gran final, donde Yashin encajó el único gol en todo el campeonato.

Jugó tres Mundiales más —Chile ’62, Inglaterra ’66 y México ’70— y la selección soviética nunca bajó de los cuartos de final. Pero aún mejor fue su paso por las Eurocopas: en 1964 acabó subcampeona tras la España de Iríbar, Suárez y Marcelino. Un gol de este último en el Santiago Bernabeu, pocos minutos antes del final del encuentro, trascendió de forma excelsa no solo porque le dio el primer título continental a su país, sino porque batió al mismísimo Lev Yashin, una auténtica proeza. En la Eurocopa de Italia ’68, la URSS quedó en cuarto lugar.

Entre tanto, en 1963 tuvo lugar un hito en el mundo del fútbol, algo que aún hoy ni tan siquiera se ha igualado: la revista France Football otorgó a Lev Yashin el Balón de Oro como mejor jugador europeo del año, siendo el único portero de la historia del fútbol en conseguir dicho galardón. Completó su palmarés con las cinco ligas y tres copas que ganó con el Dinamo de Moscú.

Las intervenciones de Yashin en cada partido eran pura exhibición, y sus rivales llegaron a decir que parecía que tenía ocho brazos, de ahí que lo apodaran “la araña negra”. Además, cambió la forma de parar y fue el primero en utilizar guantes. Sus anticipaciones, sus salidas de la portería, su participación en el juego con los pies, sus paradas en diagonal para abarcar más portería, en definitiva, el hacerse dueño del área al completo, sentaron la base del portero de hoy.

En 1971, Yashin decidió dejar del fútbol, y se celebró un partido entre su Dinamo de Moscú y una selección formada por los mejores jugadores del momento, entre los que se encontraban ‘Pelé’, Eusébio, ‘Bobby’ Charlton y Franz Beckenbauer: algo que en mi opinión debería recuperarse en la actualidad. Tras su retirada, ejerció durante un tiempo como entrenador de jóvenes soviéticos, hasta que cayó enfermo y le amputaron una pierna, fruto de una gangrena provocada por un consumo excesivo de tabaco; probablemente se hubiera curado si le hubieran dejado cruzar el Telón de Acero para tratarse, pero no fue así. Hace tan sólo dos días que se ha cumplido el 25º aniversario de su fallecimiento. Fue el 20 de marzo de 1990: ese día se fue el mejor portero del siglo XX. Se fue un mito del fútbol.

taringa.net
goalkeeperz.com

Jesús Gil

Químico de Barbate en la capital del Reino, Redactor en 'El fútbol es injusto' y 'Toda una amalgama', Autor de 'Radical Barbatilo' y CIBAthletic.blogspot.com, Bonapartista y ¡MADRIDISTA a muerte! Genial, no?

2 comentarios en “Una araña negra y dorada

  1. Para los chicos de mi época la legendaría figura de Yashin no sólo traspasaba Las fronteras como futbolista sino como personaje irreal, sacado de esos tebeos de héroes de la época. Desde mi punto de vista fueron dos factores los que influyeron en ello:

    1. El hermetismo de todo cuanto rodeaba a la Unión Soviética como consecuencia de la Guerra Fría y que la literatura occidental se encargó de hacernos ver a los rusos como unos bichos raros de aspecto grotesco y siniestro.
    2. Su imponente figura siempre de negro.

    Realmente había muchos aspectos que desconocía de esta gran figura y que por este artículo me he enterado. Pero lo que sí puedo asegurar es que era conocido por todos los niños y no tan niños de la época, fueran aficionados o no al fútbol, y no pocos tratábamos de imitarlo.

    Gracias a Yashin por hacernos la vida un poco más fácil porque formó parte de nuestro mundo onírico y gracias a Jesús por hacerlo regresar. Siempre es bueno echar la vista a trás de vez en cuando pero sin atarnos demasiado

    Hasta luego

Responder a Paco Gil Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>