UEFA Champions League 2015, FC Bayern München – FC Barcelona
No hay mañana. Guardiola se juega la vida ante el ‘Barça’ de Luis Enrique en 90 minutos. El Bayern recibe al Barcelona en el Allianz Arena con el objetivo de remontar el 3-0 del Camp Nou, y lo analizamos en la Pizarra.
Vamos a dejar las cartas abiertas sobre la mesa: la eliminatoria está casi sentenciada; el ‘Barça’ estará en la final a menos que ocurra un milagro. Afortunadamente para Guardiola, este es el torneo de los milagros. Habíamos previsto en La Pizarra de la ida una victoria holgada de los ‘culés’ y se respetó el guión, y nada hace pensar que la historia cambie en la vuelta si no hay cambios radicales en alguno de los dos equipos. El Barcelona no cambiará nada: la ventaja está de su lado. Así pues, la responsabilidad cae plenamente en Josep Guardiola para revertir la inercia de la eliminatoria. Como bien dice Xabi Esnaola (@Xabint) en su texto “No existe la derrota bonita”, a Guardiola aún le falta mucho tiempo para asimilar que la derrota es una opción.
Podemos anticipar entonces el once titular del equipo visitante; será el mismo de la ida: 4-3-3 con Ter Stegen en la puerta; Alves, Piqué, Mascherano y Alba en defensa; Rakitić, Busquets e Iniesta en la media; Messi, Suárez y Neymar en ataque. El conjunto blaugrana está a un paso de ganar la Liga y no han gastado casi energías recientemente, poseen un motor que funciona a tope con todas sus piezas aceitadas y llegan a Alemania con las baterías al completo. Solo la relajación les puede arruinar la fiesta, y aquí debe empezar el análisis de Guardiola.
La rueda de prensa de Luis Enrique fue una declaración de guerra. El equipo del asturiano viene embalado hacia la final y no conocen otro pedal que no sea el acelerador. Este es el primer factor que debe integrar Guardiola a su estrategia: la actitud del ‘Barça’ juega a su favor. Durante el partido de ida se notó que el Bayern trató de controlar la pelota para avanzar lentamente hacia el área rival, exactamente como solía hacer el ‘Barça’ cuando ‘Pep’ se sentaba en el banquillo… solía hacer, pero ya no. Guardiola falló en la tarea básica de conocer al enemigo antes de la guerra. El actual Barcelona de Luis Enrique es mucho más directo y quitarle la pelota no le hace tanto daño; de hecho, sin la pelota se activa la presión alta del mediocampo, y basta un error para provocar una contra letal. Todos vimos lo que sucedió en la ida: la esférica fue teutona durante 70 minutos, hasta que Bernat cometió un error, y adiós, el equipo bávaro se desmoronó como un castillo de naipes. Lo único que debían hacer era limitar daños y controlar la pelota, porque remontar un 1-0 es mucho más fácil que un 3-0. Pero cayeron en la desesperación.
El experimento del 3-5-2 no surtió efecto y de inmediato se implantó el más sensato 4-1-4-1, una versión más amplia del mismo 4-3-3 que usa el Barcelona. Ahora, independientemente de lo que haya dicho Guardiola en rueda de prensa, la actitud del equipo local deberá cambiar esta noche. De nada sirve tener la pelota y avanzar lentamente hasta el arco rival si eso provoca una nueva contra. La obsesión con detener a Messi no debe nublar el juicio ni la lógica. No se trata de detener a un jugador, se trata de desactivar los mecanismos que lo hacen jugar cómodo e impedir que pueda explotar su velocidad y su regate; hay que desactivarlo, no detenerlo, y para ello es necesario cambiar el estilo.
La Juventus de Allegri utilizó una estrategia muy interesante ante el Madrid hace una semana y creo que es la solución perfecta para Guardiola. El equipo italiano robó la pelota al Madrid en el mediocampo presionando a su principal director, Kroos, y acto seguido llevaron la esférica hasta la zaga, donde permanecía un rato. La ‘Juve’ retenía la pelota en los pies de los defensores como anzuelo para atraer al Madrid y sacarlo de su madriguera, forzando al mediocampo ‘merengue’ a dispersarse y abrir espacio entre líneas. Apenas llegaba la presión sobre los defensores italianos, la pelota era trasladada a pies de Pirlo, quien automáticamente localizaba a las puntas. La defensa blanca adelantada dejaba espacios peligrosos y en esas contras se tragaron dos goles, y hasta pudieron ser más. La estratega de Allegri funcionó.
Guardiola deberá hacer lo mismo. No deben tener la pelota y tratar de llevarla en bloque hasta arriba: eso permitiría al ‘Barça’ partir a la contra y ya vimos cómo quedó la cadera de Boateng bailando solo con Messi en el área. El Bayern deberá jugar al gato y al ratón con el Barcelona. Todos los análisis señalan a Thiago Alcántara como el jugador más importante en la remontada del Bayern, pero creo que la clave es engañar al Barcelona saltando el mediocampo y buscando directamente a las puntas. Aquí es donde entra en juego lo que mencioné antes acerca de la actitud del ‘Barça’: en lugar de conservar el resultado —que sería lo más sensato, dadas las circunstancias— el equipo ‘culé’ probablemente saldrá con una actitud ofensiva buscando sangre. Eso quiere decir que tanto Alves como Alba estarán en posiciones de ataque constantemente, y a sus espaldas deberá apuntar el tolosarra cuando lance la pelota. Müller será uno de los jugadores en esa demarcación, y lo más probable es que el otro sea Götze, aunque Weiser es otra alternativa. Partirán ambos en bandas opuestas a sus perfiles naturales para buscar la diagonal hacia el área, aprovechando los movimientos de Lewandowski. El atacante polaco es la pieza final del plan: sus movimientos mantendrán en jaque a los centrales blaugrana y el ‘jefecito’ sufrirá mucho tratando de contener al ex del Dortmund por la diferencia de tamaño y peso entre ambos.
Dicho esto, el once probable del Bayern sería un 4-1-4-1 con Neuer en el arco; Lahm, Boateng, Benatia y Bernat en defensa; ‘Xabi’ Alonso delante de los centrales; Götze, Thiago, Schweinsteiger y Müller en la media; Lewandowski solo arriba. Hacerle cuatro goles al Barcelona sin recibir alguno es improbable, pero considerando que el Bayern demostró poder neutralizar al equipo ‘culé’, y hacerlo durante 70 minutos en el Camp Nou, quizás no sea imposible la hazaña. Por supuesto, Guardiola tendría que adoptar una nueva estrategia de juego y contradecir todo lo que afirmó ayer en rueda de prensa acerca del estilo, salir al ataque y todo lo demás para evitar errores sistemáticos como el de Bernat. No debe apresurarse el Bayern en conseguir los goles atacando con todas las líneas, pero tampoco debe tomarse mucho tiempo haciendo girar el balón lado a lado. Tiene una sola oportunidad: lo debe hacer bien y a la primera, o el 7-0 del 2013 se repetirá a la inversa.
En todo esto, Luis Enrique tiene una carta bajo la manga que podría anular todos los planes de Guardiola, y se llama ‘Xavi’ Hernández. Si yo quisiera anticiparme a los hechos, dejaría a Rakitić o Iniesta en el banco de inicio para dar entrada al de Terrassa. Su control de los espacios con y sin balón bajaría el tempo del partido a un ritmo que nulificaría al Bayern, obligando al conjunto bávaro a descubrirse para desesperadamente recuperar la pelota. Un Bayern desesperado nuevamente crearía el escenario perfecto para que la noche del Camp Nou parezca una “peli” de Disney, en comparación con la pesadilla que Messi, Neymar y Suárez son capaces de crear. Con ‘Xavi’ se pierde tiempo y se gana en posesión: justo lo que el ‘Barça’ necesita.
El de esta noche será el más grande reto en la carrera de Josep Guardiola. Cuando ‘Pep’ entrenó al Barcelona creó un monstruo, una máquina de destrucción masiva que arrollaba todo a su paso. No era una máquina perfecta, pero sí era muy poderosa, más que la competencia. Esa máquina ha evolucionado y cuenta con un nuevo motor, un nuevo Messi como nos cuenta Yasser Tirado (@memoriasdeunbar) en su texto “El camino de ‘Leo’ Messi”. Ahora Guardiola se enfrenta a su propia creación con el objetivo de destruirla si quiere seguir con vida en Europa. Pero para lograrlo deberá crear una nueva máquina, diferente a la primera, distinta a todo lo que ha construido previamente. No creo que el entrenador de Santpedor sea capaz de dar ese giro a su filosofía; ‘Pep’ no es ‘Tony’ Stark. Mi pronóstico es empate, probablemente con más de un gol, resultado que clasificaría al Barcelona. Hace 11 años el Real Club Deportivo de La Coruña derrotó en Riazor al Milan, campeón defensor de Europa, por 4-0 para remontar la eliminatoria y clasificar a semifinales. Aquello fue un milagro; una remontada semejante por parte del Bayern calificaría como algo semejante. Pero en este torneo, como ya sabemos, los milagros existen.
Arturo Loaiza