Marcos Coll, un olímpico en la Copa del Mundo
El 3 de junio es una fecha muy recordada en Colombia. Los ‘cafeteros’ se han convertido en el último cuarto de siglo en una de las grandes potencias futbolísticas de Sudamérica. Pero esto no siempre fue así: hubo un tiempo en que el fútbol colombiano luchaba por darse a conocer al gran público. Era aquella una época en la que la selección nacional no acostumbraba a dejarse ver en las grandes citas; de ahí el enorme mérito que cabe atribuir al equipo que logró clasificarse para la fase final del Mundial de Chile 1962. Y entre todos cabe escoger a un futbolista, ‘Marcos’ Coll, que hizo historia tal día como hoy.
En el año 1961, el fútbol de clubes se encontraba totalmente implantado en Colombia. Los domingos por la tarde, los aparatos de radio informaban puntualmente de la jornada futbolística, que mantenía el interés de los aficionados al fútbol. Curiosamente, esa identificación plena del ciudadano de a pie con el equipo de su región no encontraba una prolongación en la selección nacional: Colombia nunca había mostrado el empaque suficiente para luchar con Uruguay, Argentina o Brasil, selecciones con una competitividad situada entonces en un nivel superior. La proliferación de futbolistas extranjeros en la liga local tampoco servía de ayuda para que el combinado nacional creciese, lo que provocaba en el aficionado una ilusión de corto recorrido, con la certeza de que la derrota llegaría más temprano que tarde. Poco o nada tenía que ver la selección colombiana con la actual, ni en cuanto a potencial ni en cuanto a pasión del hincha.
Aun con todo, el camino hacia Chile se allanó desde el principio. Colombia debía imponerse en un triangular a Perú y Bolivia para llegar a la fase final y los del altiplano ni siquiera comparecieron. Como resultado, la previa quedaba reducida a una eliminatoria de ida y vuelta frente a los peruanos, que se saldó con victoria colombiana por 1-0 ante su público, y con un sorpresivo empate a un gol en Lima. De manera totalmente inesperada, los ‘cafeteros’ lograban el billete para la fase final de la Copa del Mundo.
Adolfo Pedernera, figura legendaria por entonces en Colombia, fue el técnico encargado de materializar la hazaña. Efraín Sánchez, Marino Klinger, Delio Gamboa o Francisco Zuluaga destacaban como los futbolistas de mayor calidad dentro de aquel equipo. Pero a veces el destino busca algún ‘patito feo’ para grabar su nombre en la historia; y es que si hay que destacar algún futbolista colombiano en aquel campeonato ese no fue otro que el centrocampista Marco Tulio Coll, más conocido como ‘Marcos’ Coll.
Colombia tenía como rivales de grupo a Uruguay, Yugoslavia y la URSS, una liguilla de un nivel nunca experimentado por los de Pedernera, en la que parecía muy complicado que pudiesen plantar cara a cualquiera de sus tres adversarios. Sí lo hicieron, el 30 de mayo, frente a los uruguayos, que se vieron por debajo en el marcador y solamente pudieron completar la remontada cuando quedaba un cuarto de hora para el final. La derrota por 2-1 no satisfacía a los ‘cafeteros’, pero sí les dejó un poso de cierta tranquilidad.
Y así se llegó al día 3 de junio, fecha en la que esperaba en la ciudad chilena de Arica la URSS, vigente campeona de Europa por aquel entonces. Un partido de una dificultad extrema, aspecto que quedó claramente confirmado cuando, tras doce minutos de juego, el arquero Efrain Sánchez ya había recogido en tres ocasiones el balón de sus redes. Germán Aceros descontaba a los 21 minutos, pero su gol no inquietó a los europeos, que controlaron sin problemas hasta el intermedio. A la vuelta de vestuarios, la URSS anotaba el cuarto tanto, dejando en el ambiente la sensación de que podía caer una goleada histórica. Pero Colombia no se rendía e iba a encontrar el inesperado premio en el minuto 68 de juego. Un lance del juego tan poco trascendente como un saque de esquina iba a cambiar la vida de ‘Marcos’ Coll, que por entonces contaba con 26 años de edad.
Coll se acercó al córner para poner el balón en juego. Él era el hombre designado para ejecutar los lanzamientos desde el lado izquierdo del ataque ‘cafetero’, y el poderío físico de los soviéticos le llevó a plantearse un golpeo ligeramente diferente al habitual. En lugar del típico balón colgado, Marcos se decidió por un lanzamiento muy flojo, corto, con efecto y con bote antes del primer palo. Ningún futbolista colombiano esperaba cerca para rematar; aparentemente no se intuía peligro para la portería del mítico Lev Yashin. Pero la confianza del zaguero que esperaba en el primer palo resultó mortal de necesidad, colándose el balón directamente en las redes soviéticas ante un Yashin atónito. Era el primer ‘gol olímpico’ que se conseguía en la historia de la Copa del Mundo. Desde aquel día se han marcado goles de todos los colores, penaltis ‘a lo Panenka’, tantos increíbles marcados por algún que otro barrilete cósmico… Pero 53 años más tarde nadie más ha conseguido un ‘gol olímpico’ en una fase final de un Mundial.
El estado de shock de los futbolistas de la URSS les llevó a encajar dos tantos más, cediendo un sorprendente empate a cuatro tantos. El punto supo a gloria a los colombianos, que pocos días después iban a caer vapuleados 5-0 por Yugoslavia, debiendo regresar a casa. Pero Colombia ya había hecho historia. El empate ante los soviéticos se celebró en todo el país como un triunfo de la democracia sobre el totalitarismo, con una nación por fin entregada a su selección. Habrían de pasar 28 años para que los ‘cafeteros’ se ganaran de nuevo el derecho a participar en una fase final de la Copa del Mundo, pero el planeta supo por fin, en 1962, que existía un país en Sudamérica que nada tenía que ver con el estado norteamericano de Columbia.
Más de medio siglo después, ‘Marcos’ Coll continúa siendo recordado por aquel gol. Hoy tiene 79 años y en Barranquilla, su ciudad natal, le siguen llamando ‘El Olímpico’. No hay duda de que su figura quedó inmortalizada con aquel gol, más aún cuando el gran Yashin fue quien recogió el balón de las mallas. El Deportes Tolima fue el club en el que desarrolló la mayor parte de su carrera, pero la historia apenas recuerda de él una jugada. Un 3 de junio de 1962, todo un país se revolucionó gracias a su saque de esquina. La grandeza del fútbol nunca dejará de sorprender.
José Luis Rodríguez