Los amaneceres del Decano del fútbol español

En el ocaso del s. XIX, durante las navidades de 1889, nació en España el que hoy es el club más longevo de nuestro fútbol: el Real Club Recreativo de Huelva, que cumplió el pasado mes de diciembre 125 años. Esta longevidad única le otorga al ‘Recre’, además del decanato nacional, el haber sido testigo directo de historias del football primigenio; historias tejidas a base de cuero y cuerdas, y vertidas sobre terrenos de barro. Estas historias guardan, en esencia, toda la pureza del deporte rey, que en sus albores era promovido por aficionados que se entregaban con fiereza a los valores que de este divertido juego rezumaban: el honor, el compañerismo y el sacrificio.

Una de estas historias es la que hace referencia a una hermosa competencia futbolística que tuvo lugar en Huelva entre los años 1904 y 1915; de estos primeros tiempos conserva el Decano, en el museo que se alberga en las entrañas del Nuevo Colombino, una sencilla copa de plata desprovista de su parte superior, como recuerdo y testigo de dicha rivalidad.

Esta copa —conocida como la Copa Seamen’s es el trofeo más antiguo que el club conserva, y fue donada en diciembre de 1903 por el entonces vicepresidente de la entidad blanquiazul, D. José Muñoz, con el objeto de ser disputada en encuentros entre el Huelva Recreation Club y el Seamen’s Institute. Esta institución se encargaba de dar refugio a los marineros desembarcados en Huelva procedentes de las islas británicas, y fue además el lugar dónde se ubicó la secretaría del club entre 1896 y 1902.

La primera contienda entre ambos clubes tuvo lugar el 6 de Noviembre de 1904 con motivo de la inauguración de unas nuevas instalaciones en los campos del Velódromo, y ya en aquella época quedó establecido (por tradición inglesa) que el equipo que gane tres veces consecutivas obtiene la copa en propiedad. De este primer partido sale vencedor el conjunto británico, por 4 goles a 2, aunque sólo dos semanas después se puso nuevamente en juego la codiciada copa de plata, esta vez con victoria blanquiazul. Este hermoso litigio deportivo entre los socios del Club de Recreo de Huelva y los marineros británicos siguió teniendo lugar, a veces incluso con varios enfrentamientos anuales (se calcula que hubo unos 40 en total), hasta 1915, cuando la diferencia entre ambos equipos se hizo insalvable y los encuentros perdieron aliciente por la falta de competitividad.

Finalmente, el 1 de Enero de 1911, tras de vencer por tercera vez consecutiva a los oficiales del Seamen’s (12-0), el Recreativo obtuvo la copa en propiedad.

Pero si existe una historia llena de fútbol en estos primeros pasos del Decano, es la que aconteció durante el mes de marzo de 1910, cuando el Recreativo recibió una invitación del Ayuntamiento de Sevilla para enfrentarse el día 31 de ese mismo mes al Sevilla FC, poniéndose en juego una copa de plata.

El responsable de organizar la expedición a Sevilla fue Mr. William Alcock; británico de nacimiento pero huelveño de adopción, fue una persona muy relevante en la sociedad onubense de la época y un verdadero impulsor de los sports en Huelva,  especialmente del que era su favorito: el foot-ball. Curiosamente fue Alcock, que defendió también la camiseta del Recreativo años atrás, quién levantó por primera vez la Copa Seamen’s para el Decano en aquél partido revancha de 1904.

Sin embargo, don Guillermo -como solían conocerle- se encontraría, el día antes del choque ante el Sevilla, con una situación límite: reunido con los jugadores en la sede del club, estos le transmitieron su disconformidad con el viaje y su negación a participar en el encuentro.

Ante tamaña encerrona, Mr. Alcock tomó aliento, se plantó frente a los jugadores y les miró a los ojos, espoleándolos con un discurso repleto de carga emocional, que ha pasado a la historia del recreativismo como alegato del amor a unos colores. Fue el siguiente:

Señores, cuando ustedes se visten el jersey azul y blanco, no son ustedes los que están debajo de la camiseta. Así vestidos, ni usted es Padilla, ni usted es Guzmán, ni usted es Tellechea y ni usted es Justo Borrero. Así vestidos, no sois más que el Club. Pues bien: deben ustedes saber que el Club ha comprometido su palabra para jugar mañana en Sevilla contra aquel team en un partido oficial organizado por el Excmo. Ayuntamiento. No necesito disculpas, ni excusas, ni explicaciones; quién quiera vestir mañana los colores de nuestro Club y dejar así cumplida su palabra, ¡que dé un paso al frente!

Poco a poco los jugadores fueron poniéndose en pie en señal de compromiso y gallardía. Al final sólo fueron siete los que se alzaron, pero Alcock, después de agradecerles que rectificasen, dejó claro que viajarían y jugarían aunque el equipo no estuviese al completo. Antes de abandonar definitivamente la sala, les exigió una victoria por la ciudad y por el club. Finalmente el equipo fue completado por cuatro corajudos muchachos de la provincia, tan faltos de experiencia que ese sería su primer partido de fútbol.

Al día siguiente los once, con Mr. Alcock a la cabeza, consiguieron la victoria en Sevilla por 2 goles a cero; el primero de ellos de admirable factura y el segundo superior, según la crónica del partido. La noticia —como refleja la nota de prensa—, se esperaba con gran entusiasmo en la ciudad.

Los jugadores fueron recibidos a su llegada a Huelva como auténticos héroes por haber sido los dignos realizadores de una proeza deportiva cimentada sobre el coraje y el amor a la camiseta, que convirtió a estos once tipos de Huelva en leyendas anónimas de uno de los relatos más emocionantes de la historia del Decano.

Cuentos de fútbol-barro de cuando este juego aún poseía la pureza de lo que empieza a existir.

Javi Ortega

Colaborador injusto parido en la misma tierra que el fútbol. La pelota no se mancha.

2 comentarios en “Los amaneceres del Decano del fútbol español

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