Chiquito y Deon McCauley
El fútbol suele crear relaciones que en cualquier otro ámbito de la sociedad serían imposibles. El vestuario en los equipos de élite —más aún con la globalización de nuestra sociedad— junta nacionalidades e historias que no tienen cabida en la vida más allá del deporte. Un mito norcoreano como Jong Tae-se jugando para un equipo del enemigo del sur (aunque eso le haya traído consecuencias); serbios, croatas y bosnios luchando por la victoria juntos, y hasta vietnamitas jugando en la MLS.
Pero más allá de complicadas relaciones geopolíticas trasladadas al vestuario de un equipo aleatorio de un país cualquiera, este artículo va sobre la relación y lo que comparten dos países tan alejados y tan diametralmente opuestos como Belize y Timor Oriental —o Timor Leste; como prefiera usted, querido lector—.
Belize, en pleno Caribe y al sur de la provincia mexicana de Quintana Roo, tiene pasado un maya. Los españoles pasaron y no se quedaron: no había oro en su territorio y sí unos mayas especialmente belicosos. Posteriormente sería el Imperio Británico el que se asentaría en lo que sería Belize, hasta que en 1981 se independiza de la metrópoli. Alrededor de 350.000 habitantes cuenta el país caribeño. Por otro lado, Timor Oriental es un pequeño país que ocupa la parte este de la isla del mismo nombre, y cuyo territorio también integra algunas islas e islotes cercanos. Antigua colonia portuguesa, se independizó del país ibérico en 1975, se liberó de la ocupación indonesia en 2002. El conjunto de su población apenas supera el millón de habitantes.
Dos pequeños países. De esos que, por su pertenencia a la CONCACAF y a la AFC respectivamente, no sabemos de ellos en el panorama futbolístico. Pero ambos pueden presumir de que un jugador de su nacionalidad, un desconocido, figura en los libros de historia de la FIFA como el primer goleador de un Mundial. Y es que el Mundial de Rusia’18 ya ha comenzado, igual que en junio de 2011 comenzaba el Mundial de Brasil’14.
Las redes sociales vibraron levemente, como con uno de esos seísmos de los que te enteras que han pasado en tu pueblo por las noticias, la semana pasada con la primera ronda de clasificación para el Mundial de Rusia en la zona asiática. Los doce equipos con peor ranking de la confederación —desde India (171) a Bután (209), la última con cero puntos— luchan en una eliminatoria a doble vuelta por entrar en la segunda fase, en la que competirán los seis ganadores con los otros 34 conjuntos asiáticos.
Esta primera fase asiática nos dejó el día 12 las primeras sorpresas del Mundial. Porque que el sultanato de Brunei —del que hablaremos en el futuro— y el diminuto país de la cordillera del Himalaya vencieran fuera de casa, es mucha sorpresa. El calendario quiso que el primer partido se disputara en Dili, entre las selecciones de Timor Oriental y Mongolia. Está bastante claro que el primer goleador iba a ser natural de Timor —o brasileño nacionalizado— o un descendiente de las huestes de Genghis Khan. Y en el minuto 4, para qué esperar más, un actor secundario de la selección local se convirtió en leyenda: Chiquito Filipe do Carmo ya sabe que aparecerá en todos los libros y bases de datos como el primer goleador del Mundial de Rusia; un jugador que sufrió en sus carnes el 7-1 global que les endosó Nepal hace cuatro años es ahora protagonista. Timor accede a la segunda fase tras superar la prueba de Ulan Bator con otra victoria, ésta por 0-1, y ahora, quizá, Chiquito pase a su segundo plano habitual. Manuel da Costa querrá contar con las dos estrellas del país (brasileños, por cierto) como son Thiago Cunha —goleador del Chonburi thai y que pasó por el Murcia y el Pinoso en 2005— y el máximo artillero de los “O Sol Nacente”, Murilio de Almeida, que acaba de llegar a Oita Trinita en la J-League 2. Pero esa segunda fase asiática será otra historia.
Nuestro héroe, Chiquito, toma el relevo de otro héroe. Sí: el primer goleador del Mundial de Brasil fue un delantero de Belize. En aquel Mundial la fase CONCACAF tenía una primera ronda en la que diez conjuntos iban a competir por cinco plazas para acceder a la segunda etapa. Como es habitual, los diez con peor ranking —de Belize (166) a Montserrat (202)— tenían que superar esta criba. Hubo un interesante derbi de las Islas Vírgenes entre las británicas y las estadounidenses, que acabaría con victoria por 4-1 para las segundas, pero el primer partido se disputó en el Ato Boldon Stadium de Trinidad y Tobago entre Monserrat y Belize. 2-5 con el primer gol en el minuto 24, obra de Deon McCaulay, que finalmente marcaría tres en aquel encuentro.
De Deon se puede decir que es todo un trotamundos del balón. Con 27 años ha jugado para nada menos que cinco equipos de Belize, y es el segundo máximo artillero de la liga. También ha jugado en Costa Rica para Puntarenas F.C., y en Honduras con Deportes Savio F.C.; y está, a día de hoy, a punto de comenzar su temporada con los Atlanta Silverbacks el próximo día 4 de abril.
Belize accedió a la segunda fase, en la que Deon siguió marcando goles. Sin embargo, no fueron suficientes para pasar a la tercera superando un grupo que dominó con autoridad Guatemala, y en el que Belize finalizó segunda por delante de San Vicente y Granadinas y Granada.
El fútbol une países y lugares de lo más diverso. En este artículo hemos hablado de Bután y de Monserrat —las dos últimas selecciones del ranking FIFA del momento— las cuales, el 30 de junio de 2002, mientras en Yokohama Brasil y Alemania jugaban la final del Mundial de Japón y Corea, ellos disputaban “The Other Final”. McCauley va a jugar en la North American Soccer League… en la que jugará, entre otros, contra los Tampa Bay Rowdies, equipo entrenado por Thomas Rongen; esto nos conecta con la clasificación para el Mundial de Brasil en la Confederación de Oceanía, ya que Rongen logró la primera victoria de la historia de la selección de Samoa Americana. Y es que, en el fútbol… “Next Goal Wins”.
Si en las clasificatorias para el pasado Mundial fueron Luís Suárez, Robin van Persie y…. Deon McCauley los máximos goleadores con 11 tantos, ¿quién se atreve a descartar a nuestro héroe actual, Chiquito do Carmo, para lograr también ese galardón? El fútbol es maravilloso.
Dani González
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