Depay, el último extremo

Francia 2016 se acerca, y con ello van tomando forma los proyectos de las principales potencias europeas para dicha cita. El fútbol es injusto; creo que eso es algo con lo que todo lector de estas líneas estará de acuerdo. El fútbol ha sido injusto, sobre todo, con uno de los países con más talento futbolístico de la historia. No en vano, la cantera de futbolistas por excelencia tiene sede en el Amsterdam Arena, donde el Ajax ha generado un sinfín de jugadores que han poblado equipos a lo largo y ancho del continente. Sí, hablo de Holanda. El país del fútbol total, de ‘Rinus’ Michels, de Johan Cruyff o de ‘la Naranja Mecánica’. El país del fútbol asociativo por excelencia, del fútbol ofensivo, del fútbol atractivo. Pero llegan las grandes citas y siempre les falta un poco, el último empujón, para hacerse con el trofeo. Ahora que la generación de los Robben, Van Persie, Sneijder y compañía toca a su fin, empieza a abrirse paso una liderada por el jugador del que hoy van a hablar estas líneas. No en Amsterdam sino en Eindhoven; no desde el Ajax sino desde el PSV, llega hoy a esta sección el líder tulipán para la próxima Eurocopa: Memphis Depay.

Y es que ésto no estaba pensado; Depay no debía ser el protagonista hoy de estas líneas. Pero viendo el partido de Holanda de ayer ante España me veía en la obligación de hablar de un jugador, tal vez ya no tan desconocido, pero sí joven y con un potencial tremendo.

Memphis se vistió con apenas 18 años con la malla del PSV, donde ha pasado toda su carrera hasta el momento, aunque me temo que no le queda mucho en el Philips Stadion. Este chaval es un auténtico portento físico: es atlético, extremadamente rápido y con un arranque brutal. Tiene un tren inferior que es una auténtica maravilla, tiene una agilidad envidiable, y es capaz de hacer unos cambios de ritmo realmente desequilibrantes. Es de esos extremos holandeses que juegan a pierna cambiada, tirando diagonales continuas para permitir la subida de los laterales. Siendo diestro, poco os costará imaginar que suele jugar en la banda izquierda, aunque su buen manejo de la pierna “mala” le permite jugar en la banda derecha sin problemas.

Y esas diagonales son las que le permiten explotar otro de sus grandes puntos fuertes: su tremendo y temido disparo desde larga distancia. Sus aptitudes le hacen un jugador perfecto para jugar al contraataque, por sus desmarques al espacio, por su velocidad, y por su capacidad de encarar y romper defensas una y otra vez. Sin embargo, y tirando de tópicos y frases dichas sobre otros muchos jugadores aquí, es un jugador joven, por lo tanto, algo egoísta. A ese egoísmo hay que añadirle, además, su tendencia a pasarse de revoluciones en los partidos, lo que le hace jugar precipitado en algunas ocasiones. Pero si consigue controlar eso y es capaz de tomar mejores decisiones, está llamado a jugar en un equipo grande de verdad.

Conviene no quitarle ojo, al igual que hacen desde Manchester para hacerse con sus servicios, a este chaval que seguro dará que hablar en la prensa este verano, y que seguro dejará marca en la Euro de Francia en poco más de un año. Ya saben; saquen la libreta y apunten este nombre porque es de los buenos de verdad: Memphis Depay.