Alain Perrin y sus nuevos ‘dragones’

Cuando, el 13 de junio de 2002, la selección china dirigida por ‘Bora’ Milutinović caía por 3-0 ante Turquía, se cerraba una gris participación del país más poblado del mundo en el Mundial de Corea y Japón. Desde entonces, sólo el subcampeonato alcanzado en la Copa de Asia de 2004 —en la que actuaron como anfitriones— se puede considerar una actuación digna de los ‘dragones'; de cara a los mundiales de 2006, 2010 y 2014 no sólo no lograron clasificarse, sino que ni siquiera accedieron a las liguillas finales en las que se peleaba por el acceso directo y la repesca. Una larga travesía para un país que siempre debería luchar de tú a tú con las potencias continentales.

Lo cierto es que la llegada de Alain Perrin al banquillo chino parece haber modificado el panorama: en la Copa de Asia que actualmente se disputa en Australia, los chinos han caído en los cuartos de final ante la anfitriona, si bien su actuación ha dejado muchas más luces que sombras.

Como técnico, Perrin cuenta con una larga experiencia en Francia, su país de origen, pero también ha dirigido a clubes como el Al-Ain o el Al Gharafa, así como a la selección olímpica de Catar. Su aterrizaje como técnico de los ‘dragones’ tuvo lugar durante la fase clasificatoria para la competición de la que acaban de ser apeados: una derrota por 3-1 en Irak les condenó a la tercera plaza de su grupo, logrando el pase a la fase final como mejor tercero tras superar en la diferencia de goles a Líbano. El que haya tenido ocasión de seguir durante estos días los partidos de China habrá podido constatar una asombrosa progresión en los pocos meses que Alain Perrin ha dirigido al equipo.

Lo primero que llama la atención al revisar la plantilla de jugadores con la que cuenta Perrin es que ninguno de ellos juega fuera de su país. No es frecuente encontrar a futbolistas chinos en Europa, a diferencia de lo que sucede con los coreanos, japoneses o australianos; probablemente esta sea una de las causas de que los ‘dragones’ no puedan por el momento acceder a los puestos de honor del continente.

Perrin ha concentrado sus esfuerzos en conformar un bloque muy unido, sin grandes individualidades, pero con una riqueza táctica muy superior a la que correspondería a un plantel de las características que él maneja: durante los partidos de la primera fase, se vio a una China tremendamente ambiciosa, presionando alto y asumiendo la iniciativa ante rivales que hasta hace pocos meses se mostraban como superiores, caso de Arabia Saudí y Uzbekistán.

Un 4-2-3-1 con un trivote central tremendamente elástico y con gran capacidad para tocar en corto y dinamizar el juego fue la constante durante la liguilla. El veterano Zheng Zhi, de 34 años, combina las funciones de ancla y mordedor: sus experiencias en el Charlton y en el Celtic de Glasgow lo convierten en líder del equipo. A su derecha Wu Xi, de 24 años, actúa como segundo pivote, aunque con mayor libertad para merodear el área contraria. Por delante de ambos, aunque con capacidad para cubrirles la retaguardia, se posiciona Wu Lei, un año más joven que Wu Xi; su rapidez y movilidad le convierten en uno de los hombres más peligrosos en el ataque de los ‘dragones’. Un trío que muestra una gran sincronización a la hora de cortocircuitar la salida de balón rival y recuperar la pelota sin cometer falta.

Otro de los destacados fue Zhang Chendong, futbolista que actúa pegado a la banda derecha. Normalmente se sitúa como extremo, profundizando gracias a su velocidad y poderío físico más que a su calidad técnica; su gran capacidad de trabajo terminó por convertir la línea defensiva de cuatro en un quinteto en no pocas ocasiones. Perrin le situó como lateral puro en el partido inaugural y en el choque de cuartos ante Australia.

También cabe destacar a Mei Fang, defensor tremendamente polivalente: durante la competición desempeñó su labor en los dos laterales y como central izquierdo, siempre con buenas prestaciones. En cuanto al guardameta Wang Dalei, parece haber dejado atrás la polémica que suscitó en 2010, tras ser suspendido por insultar gravemente a los aficionados, que le criticaron con dureza tras una derrota en los Juegos Asiáticos con la selección sub-23. Hoy tiene 26 años y su desempeño durante la competición fue más que correcto.

En cuanto a las opciones con las que cuenta Perrin en vanguardia, destacan a día de hoy cuatro. El zurdo Yu Hai, encargado de cobrar las jugadas a balón parado, puede jugar en banda o como falso nueve: probablemente se trate del futbolista con más calidad técnica del plantel. Hao Junmin juega siempre en cualquier demarcación en tres cuartos; su principal virtud es la movilidad. Sun Ke, especialista de banda derecha con buena capacidad rematadora, llegó lesionado a la competición y fue entrando en el equipo poco a poco; pese a ello, consiguió 3 de los 5 tantos que su selección ha convertido en territorio australiano. Por último Gao Lin, que ha sido el único delantero puro por el que ha apostado Perrin, y no en todos los escenarios. Futbolista de 1,87 de estatura, Lin destaca por su capacidad para dar continuidad a la jugada una vez que recibe; sus aportaciones al juego asociativo han sido muy interesantes, aunque le falta dinamita de cara a puerta.

Estos han sido los futbolistas más destacados que ha empleado el técnico francés, cuyas variantes tácticas durante la competición han sido múltiples: Gao Lin fue de la partida en los choques frente a Uzbekistán y Corea del Norte, mientras que Yu Hai ocupó la punta de ataque frente a Arabia Saudí, y Wu Lei lo hizo en cuartos de final. Curiosos han sido también los cambios de posición en la línea de zagueros, con el comodín Mei Fang saltando de una posición a otra en función del rival.

Frente a Australia, Perrin cambió radicalmente de estrategia y optó por un once claramente conservador. El 4-2-3-1 se convirtió en un 4-3-3 situando a un pivote puramente defensivo como Cai Huikang guardando las espaldas de Zheng Zhi y Wu Xi; Zhang Chendong se quedó en el lateral derecho y Wu Lei aparecía como peón más avanzado. En los extremos se ubicaban Ji Xiang, hombre de marcadas características trabajadoras, y el goleador Sun Ke. No entraron en el once inicial Yu Hai, Hao Junmin ni Gao Lin, tres de los hombres más participativos en el ataque durante la primera fase. Las cifras de posesión de balón de los chinos descendieron dramáticamente, alcanzando en ocasiones al 20% frente a los ‘socceroos’, y los ‘dragones’ apenas fueron capaces de generar peligro ante la meta de Matt Ryan; la falta de futbolistas determinantes de cara al gol se notó en exceso en este partido, y seguramente será en esa zona del campo en la que Perrin deberá trabajar más de cara al futuro. Quizás China no se podía permitir un planteamiento más alegre frente a los anfitriones, pero lo cierto es que Australia no sufrió para pasar a semifinales.

Aun con todo, la progresión de los chinos con Alain Perrin parece evidente, lo que les sitúa en disposición de pelear —esta vez sí— por un billete para Rusia 2018. El calificativo de “revelación del torneo” cabe adjudicárselo a Emiratos Árabes Unidos, pero el papel de China ha vuelto a resultar relevante once años después. El objetivo mínimo para los próximos compromisos debería centrarse en llegar a la liguilla final para poder optar al menos a un boleto de repesca mundialista. Las sensaciones de los ‘dragones’ en esta Copa de Asia cabe calificarlas, por fin, de prometedoras.

José Luis Rodríguez

Me encanta el deporte en general y el fútbol en particular. Soy fan del Celta y enamorado del fútbol de selecciones. Holanda de Cruyff, Brasil de Tele Santana, Colombia de Valderrama o Francia de Zidane son solo algunas de mis favoritas.

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