Saponara, más talento para el futuro Milan

El proyecto de rejuvenecimiento del Milan es un hecho. Jugadores como Balotelli, El Shaarawy, De Sciglio o Niang están marcando desde esta temporada el rumbo que quiere coger el equipo en un futuro próximo. El buen hacer de estos jugadores, especialmente con la entrada del año 2013, ha permitido dejar por fin de lado la etiqueta de “geriátrico” que se lleva relacionando con el conjunto rossonero desde hace años.

Riccardo Saponara (Forlì, 21 diciembre 1991) será uno de los representantes principales de este nuevo Milan. Galliani fue más rápido que el resto de equipos interesados en el mes de enero, y se aseguró su traspaso de cara a la próxima temporada, pagando cerca de 4 millones por la mitad de su pase, ya que la otra mitad pertenece al Parma. Y es que las cualidades de este mediapunta de 21 años y la magnífica temporada que está realizando en el Empoli no podían dejar indiferente a los grandes equipos.

Saponara creció futbolísticamente en su región. Con 16 años abandonó su ciudad natal, donde había jugado en el modesto Sporting Forlì, para recalar en Ravenna, capital de la región romagnola. Aunque el Ravenna actualmente está en categoría regional tras quebrar y desaparecer en 2012, por entonces era uno de los clubes más importantes de la región y se encontraba en Serie B. Saponara entró en el equipo Primavera del club, pero destacó pronto por encima de sus compañeros y debutó con el primer equipo, en 2008, ya con el club en Serie C1.

Apenas tres partidos en el primer equipo le bastaron a los ojeadores del Empoli para convencerse que tenían en Saponara a un diamante por pulir. En enero de 2009 se hicieron con la mitad de su pase por 750.000 euros, pagando medio millón más al Ravenna en verano para hacerse con el 100% de los derechos del jugador. En su primera temporada en el equipo toscano dejará ya destellos de su calidad y compite, con 18 años, en 17 partidos en Serie B, 7 de ellos como titular.

Al año siguiente se consolidó como titular en el Empoli, y la presente temporada ha dado el gran salto de calidad. Tras un comienzo dubitativo, el entrenador Sarri lo colocó de trequartista puro, por detrás de los experimentados delanteros Tavano y Maccarone, y en esa posición Saponara ha roto definitivamente. 11 goles y 11 asistencias en lo que llevamos de temporada, con el equipo en posición de playoff de ascenso a Serie A y con uno de los juegos más atractivos de la categoría.

Saponara puede jugar en cualquier posición de la mediapunta. Aunque inicialmente partía desde cualquiera de las bandas, donde mejor rendimiento está ofreciendo es como trequartista puro, por detrás de los delanteros. También tiene capacidad de sobra para jugar tanto de segundo delantero o incluso más retrasado en el mediocampo, como volante ofensivo. En el sistema de Allegri en el Milan se adaptaría tanto a una posición externa en ataque en el 4-3-3 como de trequartista en el anteriormente insustituible 4-3-1-2 del entrenador rossonero.

Elegante, tiene una técnica muy depurada. Hábil en la conducción, es capaz de regatear en cualquier zona del campo y posee una aceleración notable. Por su estilo se le compara, salvando las distancias, con Kaka’, precisamente el último jugador de esas características que ha rendido en el Milan, y que además es su ídolo.

Diestro, aunque usa indistintamente ambos pies, posee una gran visión de juego, que le permite lucirse con precisos pases al hueco, además de ser habilidoso en el juego al primer toque. Además tiene un potente tiro de media distancia, lo que le hace peligroso a balón parado.

Habitual en la selección Sub21 italiana y uno de los fijos que acudirán al próximo Europeo de la categoría que se disputará el próximo verano en Israel, es uno de los exponentes de la fantástica nueva hornada de jugadores italianos nacidos en los años ’90, junto a los Insigne, Verratti, Florenzi, De Sciglio, Immobile o Gabbiadini. Y también lo será, si el salto a uno de los grandes de Europa no le viene grande, de ese Milan del futuro, ese equipo que tras la catarsis del último verano, quiere y tiene potencial para renacer de sus cenizas.