Ancelotti, no va más

No; parece que la ruleta de juego de los blancos se ha atascado y que Carlo Ancelotti no sabe o no puede hacer que vuelva a girar. El espectáculo dantesco y bochornoso que soportó la afición la última noche de Champions League puede ser el detonante definitivo que haga saltar la banca en el Real Madrid.

Vaya por delante que, cualquiera que tenga dos dedos de mentón, debe admitir como innegable el mérito del técnico de la ceja inquieta en el último año y medio. Pero, como siempre insisto, de recuerdos no se vive en este deporte. Se ha pasado de la elegancia y rapidez en el juego, a jugar pachangas de casados los domingos por la mañana. Los jugadores parecen veinteañeros echando un rato el día después de una noche de farra. Si continúa este disparate absurdo el italiano puede pasar a engrosar, más pronto que tarde, la retahíla de entrenadores que Florentino ha triturado en sus años de mandato.

Ya ni siquiera se sabe si el problema es físico, de actitud, sistema, sentimiento o simplemente de escasa vergüenza torera. Se habla de fracturas en el vestuario y se señala a jugadores sobre otros, pero lo cierto y verdad es que casi nadie se libra de la quema. Unas fichas que deambulan por el piso sin rumbo ni destino transparente ante la pasividad emocional del director de orquesta. O más bien, a día de hoy, de banda.

Apostando una y otra vez por jugadores que han demostrado tener el cráneo muy lejos de la capital o del césped, obviando las rotaciones o haciendo de ellas más un problema que una virtud de equipo, y apagando poco a poco la energía de los que esperan una oportunidad que sólo llega en minutos de la basura. ¿Por qué sigue jugando Khedira? ¿Para qué se fichó a Lucas Silva? ¿Quién fue el que decidió ceder a Casemiro al Oporto? ¿Cuál es el motivo de que Jesé no entre más en juego? ¿Todavía sigue creyendo que Kroos es medio centro? ¿Tendrá los genitales suficientes para volver a poner a James Rodríguez cuando vuelva junto al resto de peloteros y someter a la ducha de agua fría merecida al galés displicente? ¿Por qué Coentrão ahora es moreno? La labor de Hierro, ¿la puede explicar alguien?

El dedo acusador, sin mentar siquiera las inexistentes prestaciones de Arbeloa y el lateral portugués, se ha colocado sobre Casillas y Bale; que al portero se le viera “ido” el pasado martes es un hecho evidente. Los tres primeros goles fueron reflejo del ánimo de la escuadra. Y del galés, ¿qué decir a estas alturas? Plagas de aficionados histéricos ante su cristalina falta de actitud a la hora de defender, y que se cuestionan algo tan sencillo como “¿y por qué sigue jugando de titular?“. Se ha dejado de mirar al campo y se ha centrado la ira en el banquillo. Parte de razón no les falta.

El italiano ha empezado a garabatear su destino, y créanme si les digo que, a día de hoy y tras casi tres meses de aguantar estoicamente 90 tras 90 minutos, no pinta muy madrileño. Soy de los que claman por un cambio de sistema desde hace meses, pero resulta evidente que no sólo el dichoso 4-4-2 ó 4-3-3 en constante desequilibrio es el único problema que asola a la plantilla. Ahora, “noventa minuti en el Bernabéu” son “molto longui” para el espectador de casa.

Hace unos días, el propio Roberto Carlos afirmó sin que le temblaran las canillas que “los jugadores echamos a Luxemburgo“. El jueves pasado, Florentino Pérez, ante la inminente subida de tensión arterial con el café de la mañana y la prensa ante sus retinas, decidió dar una rueda de prensa digna de Buñuel en la que ratificaba a su técnico. Todos sabemos lo que en este deporte significa “ratificar”; que haya tantas muestras de cariño hacia tu entrenador me otorga menos confianza que la desintoxicación de Adriano Leite. Ya lo vomité hace quince días. El clásico y la Champions League, por mucho que lo nieguen en las altas esferas —esas mismas que filtran lo que les viene en gana— marcará el devenir de Carlo Ancelotti. El partido contra el Levante solo ha sido un baño termal momentáneo. Las fichas están marcadas. No va más.

Foto de portada: sportyou.es

Javi Ferrer

Murcianico, "pater familias", abogado de a pie, amante del deporte rey y de mi "gente", del mar, la cocina y el cine. Autor de eldisparatedejavi.com y, en mis ratos libres, cronista aficionado. Si me preguntas quién fue el mejor de todos los tiempos, te responderé sin pestañear: Diego Armando Maradona ;) Eso sí, siempre con un poquito de "mala leche".

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