Raúl García, el paradigma del guerrero rojiblanco

No soy del Atleti, nunca lo fui y nunca lo seré —mi alma ya tiene tatuados otros colores—. Sin embargo hay dos tipos que, al enfundarse la rojiblanca, alcanzan a remover lo más profundo de mi corazón: uno es turco, luce una poblada barba y viste trajes; el otro es navarro, muere por el escudo que lleva en el pecho, y acumula heridas. Sí: Arda es Arda, pero Raúl es el Atleti, once hombres resumidos en uno.

Raúl García tiene un poco de todo y mucho de nada; el ‘8’ de los colchoneros no destaca sobremanera en ningún aspecto estrictamente deportivo, pero tampoco tiene ninguna carencia grave. El gran mérito del navarro, como el de todo el equipo de Simeone, es el de ser el principal conocedor de sus limitaciones. Allá donde no llega su calidad, llegan su inteligencia futbolística y, por supuesto, su entrega, su lucha y su garra.

Cuentan de él que fuera del campo es un tipo noble y atento, un compañero de los que se recuerdan con una mueca de cariño. No obstante, una vez sus tacos acarician el pasto, lo conocemos todos: García no hace prisioneros. Es capaz de morir y matar por los que visten su mismo uniforme. Raúl: compañero ideal, contrincante fatal.

El polivalente jugador español se ha visto en numerosas ocasiones en el centro de la polémica por su conducta: su juego aguerrido y su facilidad para el insulto han contribuido a ganarse el odio de las aficiones rivales. Su fama le precede allá donde va, pero a Raúl no le importa demasiado. No le importa, porque hay un sitio en el que sí le quieren: a orillas del río Manzanares. Hay pocos jugadores que conecten con la afición del Vicente Calderón como lo hace Raúl.

La importancia del navarro en los derbis de Madrid disputados esta temporada es indiscutible. El segundo capitán del conjunto colchonero ha participado en los siete enfrentamientos previos contra los blancos, marcando goles tan trascendentales como el del empate en la ida de la Supercopa de España, o provocando y transformando el penal que ponía a los suyos en ventaja en la eliminatoria de Copa del Rey.

Después de sonar con fuerza y quedar fuera de la lista mundialista para Brasil 2014, el sueño de la absoluta parecía haberse esfumado para Raúl, pero un tipo tan competitivo (así le definió Simeone) como él no concibe un “no” por respuesta. Fiel a su filosofía, el todocampista de Pamplona siguió trabajando hasta vestir la elástica nacional. Su debut con ‘la Roja’ se produjo el cuatro de septiembre de 2014, ante Francia.

Pese a ser un obrero del fútbol, Raúl García posee un palmarés extraordinario, una colección de trofeos que ya querrían para sí multitud de leyendas. El gladiador colchonero acumula un título de Liga, uno de Copa del Rey, uno de Supercopa de España, uno de Europa League y otros dos de Supercopa de Europa.

Raúl García supone el reflejo perfecto de un Atleti hecho a sí mismo, de un conjunto que combina a la perfección talento y coraje. El futbolista rojiblanco es uno de los grandes protagonistas de un equipo que sigue escribiendo una de las mejores páginas de la historia del Club Atlético de Madrid.

Foto de portada: goal.com
Foto destacada: almasryalyoum.com

Miquel Muñoz Sánchez

Allá donde haya un balón, unos pies serán capaces de dibujar arte. Y si no, los cronistas se encargarán de que lo parezca.

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