Manuel Pablo, una vida en el Deportivo

17 años es mucho tiempo. Si hablamos de una carrera deportiva es prácticamente toda una vida. Muchos futbolistas no aguantan tanto tiempo en activo. Más si han sufrido graves lesiones. Muchos no duran más de un par de años en un mismo club, así que los que llevan tanto tiempo en un equipo son rara avis en estos tiempos del fútbol moderno. Suelen ser personas hechas de otra pasta. Como Manuel Pablo.

Manuel Pablo García Díaz (Arucas, Gran Canaria; 25/1/1976) llegó en 1998 al RC Deportivo de La Coruña. Procedente del fútbol canario destacó en las categorías base de la UD Las Palmas hasta llegar al primer equipo, donde en solo dos temporadas llamó la atención de un Deportivo que se estaba haciendo grande. Durante los muchos años que ha pasado en A Coruña ha compartido vestuario con compañeros canarios que llegaban al Dépor. Fabricio, Momo, Rubén Castro, Aythami Artiles… y especialmente Juan Carlos Valerón.

En su primera temporada en Galicia, debuta en Primera División sin ser uno de los habituales, por lo que disputa menos de quince encuentros. Sin embargo, en la temporada 99/00 se convirtió en un fijo del once titular. Un año de ensueño, pues fue pieza clave en la conquista de la Liga, siendo el primer éxito en la carrera de un Manuel Pablo que disputaría todas las jornadas excepto una. El año siguiente estaba siendo la confirmación de Manuel Pablo en la élite, indiscutible en el Dépor incluso en Champions, comenzando a ir con la selección española… hasta el fatídico 30 de septiembre del 2001.

En el mejor momento de su carrera, cuando se rumoreaba que el Real Madrid quería ficharle, en pleno derbi gallego ante el Celta… el minuto 53 rompe el corazón de todos los deportivistas, el de Giovanella, y el del propio Manuel Pablo… pero sobre todo se rompe la tibia y el peroné. Fractura en su pierna derecha, lo que supone un año de baja. Las lágrimas de Riazor se vieron reflejadas en la cara de Giovanella. El brasileño del Celta fue el “causante” debido a un lance fortuito, sin mala intención… el hoy entrenador del Deportivo, Víctor Fernández —que en aquel entonces entrenaba al Celta—  dijo en rueda de prensa posterior al partido: “Giovanella también está destrozado. Estuve a punto de cambiarle porque estaba llorando en el campo”. El propio jugador declaró: “Desearía ser yo el lesionado. Si pudiera estar yo en el sitio de él… Lo siento mucho, pero no ha sido intencionado. Este es el peor momento de mi carrera deportiva”. Lo cierto es que supuso un frenazo, un auténtico jarro de agua fría en la carrera del lateral canario, que vio frustrada sus opciones de disputar el Mundial de Corea y Japón 2002. Pero Manuel Pablo se comportó como el señor que es, perdonando al brasileño, con el que entablaba contacto durante su recuperación, y tenía que ser el propio defensa quien tranquilizara y animara al jugador celtista.

Las siguientes dos temporadas tras recuperarse de la lesión son duras, pues le cuesta recuperar la confianza y el ritmo de competición, lo que le aparta de la titularidad. Si bien las consecuencias de la lesión le impidieron jugar un Mundial (solo 13 partidos como internacional con España) y jugar la mágica Copa del Rey del 2002 que ganaron al Real Madrid en el famoso Centenariazo (pero también fue parte del título), Manuel Pablo volvió por sus fueros. Fue de nuevo habitual en las alineaciones y llegó a formar parte de partidos históricos como la remontada ante el Milan en la Champions League, pasando a ser el capitán de la plantilla del RC Deportivo. Durante las últimas campañas, conforma avanzaba la edad e iban apareciendo nuevos competidores, sus minutos de juego iban disminuyendo cada vez más. Aún así, siempre ha servido de ayuda al equipo, ya sea jugando de lateral izquierdo o de central, aparte de su posición natural. Con solo dos goles en casi 400 partidos, el canario formará parte del legado del club blanquiazul junto a Valerón, Bebeto, Fran, Djalminha, Donato o Mauro Silva entre otros… En su palmarés se encuentran una Liga, una Copa del Rey, dos Supercopas, algún subcampeonato… pero aunque no sea un título oficial, su amistad con Valerón es comparable a un trofeo.

“Manuel Pablo es mi amigo, mi compañero, mi capitán; mi hermano”

El día en el que Valerón se despedía del Dépor, Manuel Pablo compareció a su lado. Apoyándole como el amigo que es. Una amistad que comenzó en Gran Canaria, en las categorías inferiores de la UD Las Palmas. Como han declarado más de una vez, ya desde el principio se entendían de maravilla.  Solo necesitaban una mirada. Dos décadas jugando al fútbol juntos, a excepción de los tres años que pasó Valerón en el Mallorca y en el Atlético (dos campañas en la capital) tras salir de Canarias. Juntos compartieron triunfos y tristezas. Ambos sufrieron lesiones de gravedad y siempre encontraban consuelo y apoyo en el otro. Ya fuera dedicándole un gol alzando dos dedos al cielo, o yendo a casa del otro a echar unas partidas a la Play station. Su amistad les sigue uniendo a día de hoy.

El Deportivo confía en continuar en Primera División la temporada que viene. Por eso está luchando el equipo, por el objetivo principal. Cuando comience la próxima temporada, ya sea en Primera o en Segunda, la plantilla seguirá luchando… pero faltará un hombre. Alguien que lleva toda una vida en las instalaciones del club herculino. Un canario que llegó a Coruña y ha acabado convirtiéndose en un gallego más. El 2 del Deportivo siempre le pertenecerá a él. Manuel Pablo, te estaremos eternamente agradecidos.

Domingo Pérez

Estudiante universitario con vocación de periodista deportivo. Estopa como forma de vida. Gunner, canarión y coruñés de adopción. Redactor de @Futbolesinjusto 1993, Gáldar.

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